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21 consejos para educar a los hijos en el consumo

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Javier Peris

1.APRENDER A ADMINISTRAR EMOCIONALMENTE Y CON CRITERIO LAS COSAS MATERIALES forma parte del proceso de maduración de los niños y es un camino que nunca termina y en el que nunca se deja de aprender. La incitación al consumo nos acompaña toda la vida, pero es en el entorno familiar donde se ponen los pilares de una buena Educación del consumo responsable.

2.COMO EN TODO, SE EMPIEZA POR DAR EJEMPLO, pero no se trata de que los hijos imiten a los padres, porque el consumo infantil es diferente al de los adultos. Más que imponer una lista de cosas a las que no deben aspirar, hay que esforzarse por trasmitir actitudes positivas como la generosidad, la austeridad, el ahorro… Las malas noticias, los ‘noes’, ya vienen solos.

3.COMO EN MUCHOS OTROS CAMPOS DE LA PEDAGOGÍA, TAMBIÉN EN ESTE HAY QUE ELEGIR LAS BATALLAS. Como en otros tiempos ocurría con el yoyó, si algo se pone de moda en el entorno escolar mejor darse por vencido pronto y reservar tiempo y energías para la batalla del móvil, una tarde de compras de ropa o una visita a la oficina de Cáritas de la iglesia del barrio.

4.EL VALOR Y EL PRECIO. Desgraciadamente muchos nos dimos cuenta tarde: los zapatos más baratos no son los que menos cuestan sino los que más duran. Trasmitir esta realidad a los pequeños es difícil porque a su psicología le cuesta considerar el medio plazo; pero al igual que otros consejos que sólo apreciarán con el tiempo, también este hay que repetirlo.

5.“ESTO ES MUY CARO”. No siempre es la mejor respuesta para negar un gasto, y mucho menos cuando se repite con frecuencia. Es preferible preguntarse si es necesario, o comparar con otro posible gasto que, además de satisfactorio, resultará más útil. Y cuidado con abusar del “no nos lo podemos permitir”: crea confusión… y el niño se da cuenta de que hay cosas que los adultos siempre pueden.

6.CUIDAR LO QUE TENEMOS. Los juguetes, la ropa, los gadgets… Contra los mensajes publicitarios que casi nos obligan al recambio constante, el menor sólo percibirá el valor de sus cosas si no son fáciles de conseguir o de cambiar. Y antes de regañar hay que enseñarles a hacerlo: cómo doblar la ropa, limpiar los zapatos, proteger el móvil, guardar los juguetes…

7.‘TODOS LOS NIÑOS LO TIENEN’. Esta frase pone a prueba a los padres más escrupulosos. Nadie quiere que sus hijos se distingan por una carencia, por muy razonada que esté, ni que sean desgraciados o se sientan desplazados por no tener el maldito yoyó. Sea cual fuere la decisión final, el niño debe recibir explicaciones y también dar su opinión.

«La incitación al consumo nos acompaña toda la vida, pero es en el entorno familiar donde se ponen los pilares de una buena Educación del consumo responsable»

8. LA DISCUSIÓN SOBRE LAS ZAPATILLAS -CARÍSIMAS- DE MODA SÓLO ES LA PARTE MÁS VISIBLE DE UNA REALIDAD MÁS PROFUNDA DE LO QUE APARENTA. La ropa tiene un gran impacto sobre el menor a partir de cierta edad porque afecta a su imagen, a su personalidad, al prestigio entre sus iguales. No hay que menospreciar las exigencias ni rehuir el debate, especialmente con los adolescentes.

9.PASARON LOS TIEMPOS DE LA COCA-COLA COMO UN PRODUCTO CASI DE LUJO PARA LOS NIÑOS. La cultura del refresco, los dulces o el snack está presente todos los días y a todas horas. Más allá de las prevenciones dietéticas, esta forma de consumo recreativo produce unas rutinas de gasto inadecuadas en los menores. Y precisamente por recreativo no debería ser habitual.

10.NO HAY QUE PONER LÍMITES A LOS REGALOS… si el niño o la niña son capaces de valorarlos y cuidarlos todos. Pero como eso es imposible, hay que acostumbrar al niño desde pequeño a contar con pocos regalos. Desgraciadamente nos cuesta menos comprar que pensar lo más adecuado y encima luego tener que dar explicaciones. En el peor de lo casos, centrémonos en el día después.

11.PONER FRENO A LA GENEROSIDAD DE LA FAMILIA EXTENSA. Sobre todo en los primeros años los tíos, tías, padrinos… quieren demostrar su cariño con regalos con ocasión y sin ella. Estupendo, pero siempre previa consulta a los padres, que dirán ‘no’ a sus familiares con la misma naturalidad que a sus hijos. Más adelante, los chavales agradecerán más que, de manera excepcional, el tío o la tía les pague una bici, un viaje o unos estudios..

12.LA CULTURA DEL RECICLAJE CONVIVE, SIN APARENTE CONTRADICCIÓN, CON UN CONSUMISMO FEROZ. Asociar el nuevo valor de la sostenibilidad al consumo de cada día no está, sin embargo, suficientemente extendido ni fomentado. Los padres pueden aprovechar este discurso para reforzar los criterios de toda la vida: no dejar comida en el plato, no estropear la ropa, usar sólo el agua necesaria, apagar luces…

13.EL DINERO. A partir de cierta edad es conveniente dar una paga o asignación semanal con el objetivo -más bien la esperanza de que aprendan a administrar el dinero. En opinión de los hijos siempre será insuficiente y, por supuesto, mucho menor que la de sus amigos. Bienvenidos al club. Los padres deben ser rigurosos para cumplir con la paga pero también para resistirse a los extras no justificados.

14.MÁS SOBRE LA PAGA. Se entiende que su uso es recreativo, además de cubrir pagos necesarios como los títulos del trasporte público, y que de los gastos más básicos y onerosos se encargan los padres. Pero entre ambos conceptos hay un mundo que se va agrandando según crecen los hijos.

«La ropa tiene un gran impacto sobre el menor a partir de cierta edad porque afecta a su imagen, a su personalidad, al prestigio entre sus iguales»

 

15.EL NIÑO AHORRA POR UN MOTIVO NO MUY DIFERENTE A LOS ADULTOS QUE AÚN NO PIENSAN EN LA VEJEZ. Tener autonomía para decidir en gastos que, generalmente, dedicamos a nosotros mismos. Es un buen aliciente, pero hay que evitar que caigan en la codicia. Puede ayudar sugerirles que hagan donaciones con su propio dinero o que vacíen su cerdito para hacer un regalo.

16.“CON PAPÁ NUNCA SE HABLABA DE NEGOCIOS EN LA MESA”. Al menos en esto la familia Corleone sí acertaba. Los adultos pensamos con mucha mucha frecuencia en el dinero y es lógico que surja en las conversaciones de la pareja. Pero a los niños no les aporta nada, más bien les confunde. Se puede hablar de dinero delante de ellos pero adaptándose a su edad y sensibilidad.

17.LOS VUELCOS DE LA FORTUNA FAMILIAR SON FRECUENTES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, CREANDO SITUACIONES MUY AMARGAS. Para los padres es un auténtico reto lograr que los hijos no lo paguen con intranquilidad o con menos afectividad. Las vacas flacas son una oportunidad para que los pequeños asocien la felicidad a lo que no cuesta dinero. Y la diversión en familia puede ser muy barata.

18.“PUES SÁCALO DEL CAJERO”. En boca de un niño esta frase resume todo lo que sabe sobre el origen del dinero de los papás. Es el momento de empezar a explicarlo, y que asocie el ‘milagro’ del cajero automático o de la tarjeta de crédito al trabajo duro y responsable, al ahorro, a las pequeñas y grandes renuncias… Puede ser un poco pronto para hablarles también de los jefes o que sepan que su casa, en realidad, es del banco de la esquina..

19.HA LLEGADO EL MOMENTO DEL MÓVIL: ¿A QUÉ EDAD? ¿QUÉ MODELO? ¿CON QUÉ PROGRAMAS Y APLICACIONES? En realidad quien decide el momento suele ser el hijo y su entorno, pero el modelo se ajustará a las preferencias paternas. Mucho más importante y costoso – porque hay que dedicar tiempo- es educarles en el buen uso del smartphone. A la escuela hay que pedir – exigir- que nos ayuden en esta tarea.

20.YA TIENEN MÓVIL. Ahora, entre otras muchas precauciones hay que vigilar las compras inadvertidas, las descargas musicales de pago, las suscripciones ‘gratuitas’… Si para los adultos ya es difícil evitar tantos estímulos y sugerencias, los pequeños se encuentran totalmente indefensos ante la agresividad comercial de la red. Aquí no hay recetas mágicas ni software milagroso: vigilar y corregir, vigilar y corregir… .

21.EL NIÑO DEBE SER CONSCIENTE DE QUE ES UN PRIVILEGIADO. Saber de las tribulaciones de tantas familias, de dentro y fuera de España, y conocer a personas y grupos que regalan su tiempo y su dinero para paliar esas situaciones es una enseñanza que nunca olvidarán. Y si queremos que sea eficaz, se trata de algo que no puede delegarse en la escuela.

«Contra los mensajes publicitarios que casi nos obligan al recambio constante, el menor sólo percibirá el valor de sus cosas si no son fáciles de conseguir o de cambiar»

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