Autor: padresycolegios.com
Mi hijo de 8 años es hiperactivo. Su mayor problema es que no para, tiene una energía incontrolable. Saca buenas notas, aunque el profesor dice que si prestara más atención serían mejores. Se lleva bien con sus compañeros, pero es bastante impulsivo con ellos, los coge en vilo, los abraza, pero el problema está en que en clase no para ni un segundo quieto, el profesor le castiga y el niño lo asume estupendamente. El problema es que no sabemos ni el maestro ni nosotros cómo hacer para que en clase esté quieto. La psiquiatra que lo ve no nos ayuda en nada. Sólo nos dice que los castigos hay que cumplirlos, y que tengamos paciencia. Estamos media hora en la consulta una vez al mes y salimos de allí igual que hemos entrado. Por favor decidme qué podemos hacer, estamos desesperados ¿Un psicólogo nos ayudaría más que la psiquiatra? ¿O sería perder el tiempo? El niño necesita controlar su energía y nosotros no sabemos cómo ayudarle.
MERCEDES. MADRID
Estimada Mercedes: En primer lugar afirmas que tu hijo es hiperactivo. Espero que sea un diagnóstico correcto. En mi opinión ese diagnóstico debería reservarse para la sintomatología derivada de alguna anomalía en el funcionamiento cerebral. En la práctica diaria he visto el diagnóstico de hiperactividad en niños con problemas psicológicos de distintos tipos en los que no se podía hablar de ninguna anomalía neurológica y en los que, una vez mejorados sus problemas personales, desapareció la hiperactividad. En el caso de vuestro hijo, la afirmación de la psiquiatra de que “los castigos hay que cumplirlos” me hace sospechar que piensa que el niño no tiene unos límites de conducta bien establecidos. Eludiré esta sospecha y supondré que se trata de hiperactividad no derivada de problemas educacionales o psicológicos.
La hiperacividad puede tener muchas causas. Como ejemplo te diré que recientemente he visto un niño que hasta hace unos meses se le consideró hiperactivo y que tras regularizar su ritmo de sueño ha dejado de serlo. Por otra parte la hiperactividad cerebral “genuina” tiene actualmente varias posibilidades terapéuticas con fármacos de manera que hay niños que no responden bien a unos tratamientos pero sí a otros.
En cuanto a si conviene que el niño sea atendido por un psiquiatra o por un psicólogo creo que la postura ecléctica es la mejor. Probablemente el niño tiene unos hábitos inadecuados en el uso de su atención que pueden ser mejorados por un psicólogo, pero si hay una causa cerebral y no toma la medicación adecuada el trabajo del psicólogo será poco fructífero. De todas formas el psicólogo siempre puede ayudar a crear las condiciones para que el niño pueda aprovechar al máximo la poca o regular atención de la que disponga.
JORGE MUÑOZ RUATA
DOCTOR EN MEDICINA
ESPECIALISTA EN PSIQUIATRÍA
EXPERTO EN AUTISMO