La nueva era que se inicia en el mundo, cuando la crisis económica está haciendo estragos en todos los países y en España, según los más fríos y prestigiosos economistas, “lo peor está por venir”, recuperar algunos de los valores de siempre y que teníamos un tanto olvidados me parece fundamental.
Valores como la honradez, la responsabilidad, el esfuerzo, la capacidad de superación, de ahorro, de no gastar nada más que lo estrictamente necesario y, por supuesto, el ser solidarios y saber compartir, hoy más que nunca tienen plena vigencia y protagonismo tanto en la familia como en la escuela, y padres y profesores tenemos que hacer lo posible porque nuestros niños y adolescentes entiendan que sin trabajo y esfuerzo, sin honradez y generosidad, una sociedad se destruye a sí misma.
Hace ya más de dos décadas comencé mi obra Valores humanos que muchos lectores conocen y que ahora publica la Editorial Grijalbo, con el título de Fortalezas humanas. Estas fortalezas de siempre y que teníamos un tanto olvidadas hay que recuperarlas porque los nuevos tiempos que van a vivir nuestros hijos y nuestros nietos van a ser bastante diferentes al de las “vacas gordas” que hemos vivido en los últimos años de desmadre y descontrol. Aprender a supervivir con lo imprescindible, a estar bajo mínimos y a superar las dificultades y adversidades con entereza y con entusiasmo, constituye la nueva asignatura de estos próximos años.
Hoy el mundo tiene el doble de habitantes que cuando yo era niño y España está rondando ya los 50 millones de habitantes. Ahora mismo, casi un millón de familias españolas tienen a todos sus miembros en paro y esto parece que no ha hecho nada más que empezar.
Nadie piense que soy tremendista; todo lo contrario, soy un “optimista vital”, pero realista, con los pies en el suelo y por eso aviso a navegantes y afirmo que quienes nos sacarán de esta crisis serán esos valores de siempre que habíamos perdido.
Nuestros hijos tienen que hacerse fuertes, sacrificados, esforzados y valientes. Deben aprender a medirse cada día con las dificultades y problemas y entender que nada se hace solo y si nosotros no ponemos voluntad, esfuerzo y entusiasmo, nada se logra. No olvidemos educarles también en la honradez y en la bondad. Tienen que entender que buena parte de los problemas que hoy nos aquejan son consecuencia del engaño, de la avaricia, de la mentira, de la falta de honradez, y de la falta de voluntad y de capacidad para saber resistir y enfrentarnos a las adversidades y problemas. Las fortalezas humanas, los valores de siempre son condición indispensable para que nosotros y nuestros hijos podamos superar con éxito esta larga crisis económica que también es crisis de valores humanos.