"Las máquinas siempre dicen lo mismo, y si no gusta, se les cambia el nivel de dificultad hasta ganarlas. Así siempre pensamos que somos los mejores".
Autor: Rafael Guijarro
La policía ha pedido a los padres que saquen los PC de los dormitorios de sus hijos para controlar el acceso a internet. Ha sido durante el Congreso Internacional Infancia y Violencia, en el que expertos de 27 países han debatido sobre las diferentes amenazas que acechan a los menores. "Hemos detectado que muchos menores tienen el ordenador en su habitación pudiendo ocultar casi completamente las conexiones que realizan. Incluso, algunos pederastas con los que los menores entran en contacto pueden indicarles los modos de burlar la vigilancia de sus padres. Por eso, el ordenador debe estar a la vista de los padres para controlar mejor las conexiones de sus hijos".
Si hubiera sido un congreso internacional sobre madurez y violencia, posiblemente la policía también habría recomendado a los padres que sacaran los PC de sus propios dormitorios para no mirar a solas lo que ni padres ni hijos deben mirar. Si los ordenadores de todos estuvieran a la vista de todos y no en las habitaciones de cada uno, se arreglarían un montón de problemas que ahora parecen de difícil solución. Y las consolas de videojuegos, y los libros, y las revistas, y los DVD. Si todo estuviera a la vista de todos en una habitación común, lo más probable es que se tratara de una familia sana, consciente, orientada y colaboradora, que es como dicen ahora los médicos en sus informes de que alguien no está majareta, ni le falta algún tornillo de su cuerpo, ni le sobran adiposidades o colesterol, esas cosas que sobran.
Si uno no es consciente de lo que hace o lo que le pasa, si no está orientado, y piensa que lo de arriba está abajo y lo de la derecha a la izquierda, y si no colabora, se encierra en sí mismo, y se enfurruña y no dice nada, entonces está fatal; y los médicos empiezan a recetarle cosas. Y sólo tardarían en diagnosticarle porque estaría encerrado en su habitación, rodeado de cachivaches, y sin salir de allí ni para ventilar.
Es distinto hablar con las personas que con las máquinas. Las personas están vivas y pueden dar respuestas sorprendentes o comprometedoras, los niños a los padres y los padres a los niños, que hacen cambiar un modo de vida o una mentalidad. Las máquinas, en cambio, siempre dicen lo mismo, y si no gusta, se les cambia el nivel de dificultad hasta ganarlas. Así siempre pensamos que somos los mejores, pero sólo se trata de que las máquinas desorientan y nos hacen más inconscientes, mientras que las personas apoyan y pueden ayudar.