Autor: padresycolegios.com
Tengo un hijo de 13 años que según los profesores es inteligente pero su rendimiento académico es deficitario. Aprueba los cursos siempre en el último momento. Su comportamiento en casa es remolón para ponerse a trabajar pero en la relación es cariñoso y servicial siempre que se trate de no estudiar. Hemos hablado mucho con él y entiende la necesidad de trabajar pero sus propósitos los olvida de modo sistemático. Estoy preocupada porque sé que cada día que pasa las deficiencias se harán más patentes.¿Qué puedo hacer para motivar a mi hijo?
Habría que disponer de más datos pero con los que usted me presenta intentaremos poner luz sobre algunos aspectos que puedan ayudarle.
Su hijo está entrando en una edad de cambios físicos y psíquicos que, frecuentemente, afectan al rendimiento escolar. Sería necesario comprobar si este comportamiento es habitual y duradero en el tiempo o es ocasional de estos momentos.Si el comportamiento es habitual tendríamos que plantearnos si es problema de carácter o arrastra una deficiencia académica que no hemos sabido captar a tiempo: por ejemplo ¿es un buen lector? ¿tiene dificultades para mantener la atención de modo continuado? Si éste fuera el caso, habría que buscar la ayuda del especialista, profesor, tutor, etc, según sea conveniente para realizar las tareas necesarias para superar esa deficiencia y cimentar el éxito futuro del modo más conveniente. Si el tema es de carácter debemos plantearnos un plan de acción en casa y en el colegio, de mutuo acuerdo, para corregir lo que está dificultando su éxito escolar y potenciar aquellos puntos fuerte que pueden hacer de palanca para asegurar en la lucha su autoestima.
Si su comportamiento es ocasionado por la etapa evolutiva por la que está pasando sería muy bueno que usted y su cónyuge leyesen algún libro sobre dicha etapa de los muchos y buenos que hay editados: colección Hacer Familia.
Mientras tanto lo que necesitaría es exigencia para conseguir los hábitos de estudio diario teniendo en cuenta que, por lo que usted comenta, se olvida con facilidad de los propósitos: sería conveniente hablar con frecuencia con él haciéndole reflexionar sobre los motivos para el esfuerzo que el trabajo lleva consigo y ayudarle a visualizar el éxito.
También sería conveniente que ustedes como padres reflexionaran sobre los motivos que plantean a su hijo para el esfuerzo y si la vida de familia es coherente con esos planteamientos. La verdad y el amor son dos grandes fuentes de motivación.