Resulta curiosa una certeza de muchos padres,
según la cual los Medios de Comunicación
Social y los amigos, son los más influyentes
en las convicciones y maneras de
ser de sus hijos
Autor: padresycolegios.com
Resulta curiosa una certeza de muchos padres,
según la cual los Medios de Comunicación
Social y los amigos, son los más influyentes
en las convicciones y maneras de
ser de sus hijos. Ante esta verdad incontestable
para muchos, los padres y la misma
escuela, poco podrían hacer en realidad,
además de dar buenos consejos y de influir
en la pequeña parte que los otros agentes
socializadores permiten. Ciertamente, resulta
difícil convencer a los padres de los
adolescentes de que las ideas, comportamientos
y afectos-desafectos de sus progenitores
tienen influencia en sus hijos…
pero la realidad es que influyen y mucho.
Los estudios sobre los jóvenes españoles realizados
estos últimos años y la Psicología,
así lo confirman.
Hace pocos días, presentando a dos claustros
de profesores las diez cuestiones más
importantes para abordar por los centros,
hablé de la necesaria vinculación con los padres
de los alumnos, e incluso del trabajo
educativo con ellos. La razón era sencilla: en
un reciente estudio realizado con más de
dos mil alumnos de Secundaria, aparecen
el padre y la madre, como las personas más
influyentes para que los alumnos vivan, los
valores que ofrecen los centros educativos.
La reacción de los profesores, cuando menos,
fue de incredulidad; pero ciertamente
los datos están ahí.
La pregunta que los claustros o entidades
titulares de los centros nos podemos hacer
ante la decisiva influencia de sus padres
en la adquisición de valores por parte de los
alumnos, puede sonar más o menos así: entonces…
¿cuál es la función y la importancia
de los centros educativos en la tan traída
y llevada educación en valores?
La escuela es clave en la socialización de
niños y jóvenes; es en ella, a través de las relaciones
con compañeros, maestros, profesores
y monitores, donde se va aprendiendo
a relacionarse con los demás y a interpretar
el mundo de manera concreta; la
importancia de la escuela en la socialización
aumenta cuando consideramos que es en
ella donde se encuentra la mayor parte del
grupo de amigos. No obstante, sería una inconsciencia
no contar con los padres en
cualquier programa educativo que pretenda
una educación en valores; la escuela es
importante, pero los padres son decisivos.
Los padres son los responsables primeros
de la educación de sus hijos; el papel
de la escuela es colaborar estrechamente
con ellos para lograr el desarrollo, en cada
alumno, de sus capacidades y personalidad;
sólo sí podremos ayudar a cada niño y adolescente
a construir una interpretación de
sí mismo y del mundo llenas de sentido; sólo
así podremos "educar para la vida".
Hemos de dejar los complejos de inferioridad
sobre la significatividad de nuestros
esfuerzos educativos y ponernos a trabajar
hombro con hombro, en la educación
en valores de nuestros alumnos e hijos.