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A ser corresponsable se enseña

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Adrián Cordellat

En España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, las mujeres dedican casi el doble de tiempo que los hombres (20 horas de ellas por 11 de ellos) a cocinar y a otras labores domésticas (cuidado de niños y de ancianos excluidas). La diferencia se ha ido acortando en las últimas décadas, pero la brecha de género aún sigue siendo lo suficientemente grande como para que muchas voces insistan en la necesidad de educar en corresponsabilidad desde la infancia.

Un ejemplo de ello es el de Ana Sancho, que con su proyecto Pequeños Amos de Casa intenta ayudar a “visibilizar y dar el valor que se merecen” a las tareas del hogar. Unas labores que, en su opinión, son “una fuente de valores para crear una sociedad mejor” y una herramienta “generadora de cambio” tanto a nivel personal como social.

Su visión la comparte la docente Alba Alonso, autora del proyecto RealKiddys para la promoción de la igualdad de género en la infancia. Para Alonso, fomentar la corresponsabilidad desde la niñez permite que los menores dejen de ver las labores del hogar como un trabajo “de segundas”; y también facilita, especialmente en el caso de los niños, que las tareas domésticas dejen de ser percibidas “como algo que únicamente corresponde al sexo femenino”.

«En España, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, las mujeres dedican casi el doble de tiempo que los hombres (20 horas de ellas por 11 de ellos) a cocinar y a otras labores domésticas»

Corresponsabilidad desde casa…

“Es increíble que muchos jóvenes universitarios no sepan plancharse su ropa, hacer su comida o coser un botón. Si puedes estudiar una ingeniería o una filología, te aseguro que puedes freír un huevo”, afirma Alba Alonso, que considera que la incapacidad para realizar labores domésticas se encuentra detrás del fracaso en la convivencia de muchas parejas hoy en día. “Y de eso, padres y madres tenemos mucha culpa”, añade.

¿Y cómo podemos incentivar los padres esa corresponsabilidad desde casa? Ana Sancho destaca al respecto la importancia de “potenciar el afán de colaboración e imitación que los niños tienen desde temprana edad para así crear de forma natural el hábito sin obstaculizarlos diciendo que no pueden hacer algo”. En el caso de niños más mayores, la experta en corresponsabilidad señala la necesidad de no imponer y de permitir a los menores elegir las tareas que quieren desarrollar: “Hay que ser flexibles, no imponer formas de realizar las cosas, ni repasar las tareas realizadas. Es mejor respetar cómo lo haya hecho cada uno a pesar de que no sea lo ideal. Con el tiempo y la práctica todo se perfecciona. Así valoramos el trabajo realizado y no tanto el resultado”.

«Fomentar la corresponsabilidad desde la niñez permite que los menores dejen de ver las labores del hogar como un trabajo “de segundas”

La creadora de Pequeños Amos de Casa anima también a realizar las tareas del hogar “con optimismo y buenas caras”, ya que el clima que como padres seamos capaces de crear en torno a las labores domésticas influirá en el desarrollo de las mismas. Por último, Sancho propone integrar el juego como forma de hacer más atractivas estas labores: “Por ejemplo, se puede escribir en papeles las distintas tareas del hogar, meter los papeles en unas bolas de plástico de colores y que cada uno, por puro azar, saque las tareas que le tocará realizar durante la siguiente semana”.

…hasta el aula

“La escuela y la familia trabajando en equipo pueden llegar muy lejos”, afirma Alba Alonso. La docente gallega reconoce que los libros de texto “deberían ser mucho más coeducativos, representando por igual a mujeres y hombres llevando a cabo tareas domésticas”. Mientras eso llega, Alonso ve en esta falta de coeducación una oportunidad para que los docentes abran el debate en el aula sobre, por ejemplo, “por qué en clase de matemáticas todos los problemas de velocidad nos hablan de un coche llevado por Manolo mientras que los de cantidades nos remiten a un bizcocho cocinado por Ana”.

«Hay que realizar las tareas del hogar con optimismo y buenas caras, ya que el clima que como padres seamos capaces de crear en torno a las labores domésticas influirá en el desarrollo de las mismas»

A ese aspecto, la fundadora del movimiento RealKiddys añade también la posibilidad de practicar desde el aula “lo doméstico” a modo, en cierta forma, de deberes: “Hoy en día hay un fuerte debate abierto sobre si deberes sí o deberes no. Unos fantásticos deberes para cualquier adolescente serían hacerle la cena a su familia, planchar una camisa o fregar unas escaleras. Y para corroborarlo, traer una grabación de dicha tarea. ¿No sería esto simplemente genial?”, se pregunta Alonso, que añade que ante la alta presión por ser “hombres” que sienten muchos niños varones, una actividad como ésta, organizada desde la escuela, “les ayudaría a probar cosas que quizás jamás harían de otra manera”.

La importancia del ejemplo

Explica Ana Sancho que implicar a los niños en el trabajo doméstico ayuda a reforzar en los más pequeños “valores esenciales para la vida como la autonomía personal, la autoestima, el trabajo en equipo, el respeto, la organización, la responsabilidad, la solidaridad o el esfuerzo”. Y en el refuerzo de esos valores, los padres, como principal espejo de nuestros hijos, tenemos un papel fundamental. “Las palabras convencen, el ejemplo arrasa. No hay nada más poderoso que el ejemplo. Nuestros hijos harán lo que vean en nosotros, recordarán nuestras conductas”, resume Sancho.

Su opinión la comparte Alba Alonso, que considera que, “como en casi todo, el ejemplo es lo que más educa”: “Si mi hijo varón jamás ve a su padre mover un dedo en la cocina tendrá mucho más difícil asumir ese tipo de tareas como suyas que si su padre participa de manera igualitaria”, argumenta a modo de ejemplo.

«Las palabras convencen, el ejemplo arrasa. No hay nada más poderoso que el ejemplo. Nuestros hijos harán lo que vean en nosotros, recordarán nuestras conductas”

No obstante, y “afortunadamente”, según la docente, no se puede asegurar que el ejemplo sea decisivo a la larga, ya que los hombres pueden implicarse luego, como adultos, en las tareas domésticas, pese a no haber tenido ese ejemplo de sus padres, “aunque la falta de práctica puede hacérselo más duro”.

En todo caso, para Alonso, lo que es “terriblemente negativo” es evitar este tipo de responsabilidades a los hijos y tratarlos como bebés a pesar de tener 15, 20 o 30 años: “El clásico “tranquilo cariño, que ya te lo hago yo” no es de ser buena madre o buen padre. Con esa manera de proceder les estamos robando aprendizajes y experiencias que les van a ayudar a desarrollarse como personas”.

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