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Eduardo Casas Herrer: “Un niño nunca debe acceder solo a Internet”

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Adrián Cordellat

Eduardo Casas Herrer es miembro del Cuerpo Nacional de Policía en la Unidad de Investigación Tecnológica y está especializado en la lucha contra la explotación sexual de menores. A partir de su experiencia ha publicado ya dos libros, La Red Oscura (La esfera de los libros) y Las Andanzas de un Policía Tecnológico (Palabras de Agua). En Padres y Colegios hemos charlado con él para hablar sobre la seguridad de los menores en la red.

El hecho de que cada vez los niños tengan acceso a edades más tempranas a la tecnología y a dispositivos móviles, ¿ha incrementado la prevalencia de los ciberdelitos por los que se ven afectados?

Cuanta más gente está en un sitio concreto, más delitos se van a cometer, por simple estadística. Por eso se aprecia un incremento en el número de delitos, pero no en su incidencia por habitante.

En relación a la pregunta anterior: ¿a qué edad consideras que un niño está capacitado para tener un móvil o acceso a internet de forma privada?

Un niño nunca debe acceder a Internet solo y, por supuesto, no necesita un teléfono inteligente. Mientras esté en el colegio, está controlado por sus profesores y, al salir, la responsabilidad vuelve a los padres. Dotarle de un aparato para su vigilancia continua por parte paterna es tan excesivo como contraproducente. Por supuesto, no se le puede aislar de la tecnología y debería aprender su uso racional, pero, como siempre, con la supervisión continua de los padres.

¿Y en el caso de los adolescentes?

La adolescencia ya es otro tema y no hay una respuesta universal. Según el grado de madurez y la confianza que se haya ganado, que debe ser valorada por los padres, podrá acceder antes o después. No obstante, es mala idea que un adolescente utilice Internet sin control, dado que, en la intimidad del dormitorio, con la puerta cerrada, es cuando corre mayor riesgo, tanto de ser víctima como autor de otros delitos. Lo ideal es que use el móvil solo cuando esté en presencia de adultos. De nuevo hay que insistir en que no se le puede aislar de la tecnología ni de sus relaciones sociales que hoy, en buena medida, ocurren a través de Internet por uno u otro dispositivo. Antes o después va a exponerse a esos contenidos y, si no está preparado, si no conoce los riesgos y hasta ha lidiado con ellos, es más fácil que caiga en ellos.

¿Tendemos a magnificar, sobre todo tras un caso concreto que salta a los medios, los peligros de la red? ¿O, por el contrario, consideras que por regla general somos algo relajados en ese aspecto, que no vemos los peligros?

Ocurren las dos cosas al mismo tiempo. Se toman anécdotas estadísticas como certezas tan solo porque han salido en televisión. Así, se crea una sensación de inseguridad permanente que no se corresponde con la realidad. Pero, al mismo tiempo, solemos olvidarlo enseguida cuando entretienen a nuestros hijos. Siempre pensamos que el riesgo desde dentro del domicilio es inexistente o que, si no sale a la calle, está seguro. Luego tenemos el extremo contrario: aquellos padres que, por miedo, niegan todo contacto al menor con la tecnología con resultados peligrosos.

«Es mala idea que un adolescente utilice Internet sin control, dado que, en la intimidad del dormitorio, con la puerta cerrada, es cuando corre mayor riesgo, tanto de ser víctima como autor de otros delitos»

Los padres tenemos claro, por ejemplo, que es nuestra responsabilidad enseñar a nuestros hijos a cruzar de la mano y a esperar a que el semáforo se ponga en verde para peatones. Sin embargo, ¿por qué crees que nos cuesta tanto ir de la mano con nuestros hijos cuando hablamos de internet y de las nuevas tecnologías?

¿Dejarías a tu hijo solo en la plaza de una gran ciudad? Pues de la misma forma hay que actuar en Internet. Los riesgos existen y son ciertos. Desde luego, es cuestión de porcentaje. Lo más probable es que el niño continúe en la plaza cuando volvamos dos horas después, pero ¿nos vamos a arriesgar? Uno de los principales problemas es el desconocimiento de la tecnología que tienen muchos padres. A menudo, sus hijos saben más sobre cómo manejar un teléfono que los propios padres y eso incomoda. Luego está el tiempo. En la vida moderna, los adultos disponen de poco tiempo que dedicar a sus hijos y estos dispositivos consumen muchas horas. Un niño puede estar cuatro horas o más entretenido y no es fácil para un padre estar pendiente todo ese tiempo.

¿Y por qué es importante esa presencia activa de los padres? ¿Por qué no podemos borrarnos/ausentarnos cuando nuestros hijos empiezan a tomar contacto con la tecnología e internet?

Si no estamos presentes mientras navegan no podemos guiarles en el uso seguro de la tecnología ni enseñarles a detectar los riesgos. En solitario, pueden caer en muchas trampas creadas expresamente para atraerlos y engañarlos.

«¿Dejarías a tu hijo solo en la plaza de una gran ciudad? Pues de la misma forma hay que actuar en Internet. Los riesgos existen y son ciertos. Desde luego, es cuestión de porcentaje. Lo más probable es que el niño continúe en la plaza cuando volvamos dos horas después, pero ¿nos vamos a arriesgar?»

Muchos padres compensan su no presencia con herramientas para filtrar contenidos que impiden a sus hijos acceder a determinados portales. ¿Son efectivas? ¿Pueden suplir la presencia del adulto?

Esas herramientas son útiles hasta cierta medida. No sustituyen la presencia del adulto durante la navegación y no bloquean todos los riesgos existentes. Además, los chavales a menudo aprenden a esquivarlas o desactivarlas. Nada sustituye la educación personal proporcionada por un padre a su hijo.

Y, por último, ¿qué consejos darías a unos padres que se encuentren perdidos en este sentido? ¿Cómo educar a sus hijos en un consumo seguro de internet?

Los padres es posible que nunca lleguen al nivel de conocimiento que sus hijos van a desarrollar, pero sí disponen de una experiencia vital suficiente para detectar riesgos obvios. Lo primero que han de aplicar es el sentido común: ningún príncipe nigeriano nos va a donar su fortuna; no hay una hermosa muchacha rusa que se haya enamorado de nosotros y ese Mercedes que nos venden por dos mil euros no existe. En este sentido, hay organizaciones trabajando muy duro para ayudar a padres y niños entre las que destacaría Internet Segura 4 Kids (is4k.es), que pertenece al Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, con la participación de muy buenos expertos y atención continua y personalizada.

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