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La gymkana de todos los días

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Más de ocho millones de niños acuden a un centro de enseñanza, cuyas proximidades se convierten en un punto de riesgo todas las mañanas. Coches en doble fila, niños que se bajan del coche por el lado de la calzada o que cruzan (muchas veces con sus padres) por cualquier sitio.
Las ampas, padres, abuelos, profesores, policías locales, ayuntamientos, transporte escolar y transporte público estamos obligados a velar por la protección de los niños en materia de seguridad vial. Los niños deben ser consientes de su importancia, no sólo cuando viajan en coche, sino también al subir y bajar del mismo, cuando van en bici o cuando van caminando. Para ellos, todos debemos ser muy conscientes y respetar las zonas de paso, los semáforos, las zonas de aparcamiento o los accesos. Debemos dar ejemplo con nuestro comportamiento para mejorar la educación vial de los niños y garantizar su seguridad.
En determinados momentos del día se concentran padres, niños y vehículos a las puertas de los colegios, produciéndose situaciones potencialmente peligrosas. Desde el RACE se aconseja, que los propios centros supervisen y vigilen los accesos al recinto para evitar que los coches aparquen de forma indebida, y que los niños salgan corriendo. Una manera muy visual es diseñar espacios de seguridad bien señalizados. Pero también se recomienda contar con la presencia de la policía local para regular el tráfico y hacer respetar las zonas de aparcamiento exterior y los pasos de peatones. Por su parte la Fundación CEA (Comisariado Europeo del Automóvil) ve necesaria la vigilancia policial en las entradas y salidas del los colegios. Si esto no fuera posible, los centros pueden proponer al ayuntamiento disponer de delegados de seguridad o movilidad que colaboren en esa tarea.
Coches en triple fila
Cualquiera que haya pasado por las proximidades de un colegio a la hora de entrada ha visto los vehículos en triple fila y los niños corriendo entre los coches con las mochilas. Esta situación representa varios peligros, además de afectar al tráfico en una hora de máxima afluencia. Los niños, por su tamaño, se exponen más que un adulto a sufrir un incidente con un coche que esté maniobrando y no le vea. Otro problema es la correcta colocación del niño dentro del coche. Un estudio del RACE refleja que incluso es el propio niño, el que muchas veces se sube al coche y se sienta solo en la silla ¡con la mochila puesta! Como regla general, se debe llevar a los niños con tiempo suficiente, y nunca esperar o dejar a los niños al otro lado de la calzada del colegio (lo que obligaría al niño a cruzar). Los niños deben ir siempre en su silla de retención infantil y en las plazas traseras y, si va en moto, debe ir con su casco, siempre y cuando tenga la edad mínima.
Somos su ejemplo
Si vamos al colegio andando con nuestros hijos, es importante salir con tiempo para ir tranquilamente y esperar a que los semáforos se pongan en rojo. Para cruzar, ya sea paso de cebra o semáforo es importante recordar la técnica de mirar a ambos lados antes de cruzar. Se trata de generar en ellos una rutina, un acto automático que luego harán cuando vayan solos. Formaster (Asociación Profesional de Empresas formadoras en Seguridad Vial) ya ha denunciado que muchas veces son los padres los que incumplen sistemáticamente los conceptos básicos de Seguridad Vial. “En 2014 hubo 495 atropellos a menores de 14 años mientras cometían una infracción de tráfico y en la totalidad de estas infracciones iban acompañados por un adulto”.

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