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Las apuestas on line; una nueva adicción de los jóvenes

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Terry Gragera
“Los datos son muy preocupantes”, advierte el psiquiatra José Luis Rabadán, especialista en adicciones y miembro de la Comisión Permanente de UNAD, una red de atención a las adicciones que agrupa a unas 250 organizaciones de todo el territorio nacional. Y es que según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2016-17) a los 14 años el 5,3% de los adolescentes ha apostado dinero en el juego online. A los 15, el porcentaje se eleva hasta el 6,7% y a los 18, a un 8,6%.

Son cifras “conservadoras”, según los expertos, aunque oficiales, que podrían mostrar simplemente la punta del iceberg de un problema que está creciendo entre la población infantil y adolescente con mucha rapidez. Los jóvenes apuestan sobre resultados de sus equipos de fútbol, pero también sobre cualquier otro deporte u otra circunstancia como cuántos saltos dará determinado cantante al subir al escenario. Todo es “apostable”.

 

«Según la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES 2016-17) a los 14 años el 5,3% de los adolescentes ha apostado dinero en el juego online. A los 15, el porcentaje se eleva hasta el 6,7% y a los 18, a un 8,6%»

Por qué es tan adictivo

El juego online y especialmente las apuestas deportivas por Internet resultan muy atractivas y tienen un gran poder adictivo por las siguiente causas:
-Garantizan el anonimato: Es posible jugar desde cualquier ordenador o desde cualquier teléfono, sin que nadie te vea, como sí ocurre en otros juegos de azar como las máquinas tragaperras, “facilitando una sensación falsa de libertad”, como destaca el experto. Es cierto que para acceder es necesario facilitar un DNI de un adulto, pero la realidad es que muchos menores utilizan el de sus hermanos mayores o el de sus padres para poder apostar o jugar.

-Ganancias inmediatas: “Es mucho más probable que haya una adicción cuando la cifra apostada se acerca a la cifra conseguida en el premio”, explica el Dr. Rabadán. “Por ejemplo, en la Lotería Nacional, los 20 euros que se apuestan por décimo están muy lejos de la cuantía del número ganador. Sin embargo, en el juego online el 95% de lo que se ingresa es repartido en premios, por lo que la posibilidad de recibir un premio es muy alta. Está demostrado que el que juega mucho siempre pierde, pero este tipo de juegos ofrece una recompensa inmediata que favorece la adicción”.

-Cualquier cantidad sirve: Un euro, dos euros… se pueden apostar mínimas cantidades de dinero. La paga de la semana o del mes puede ser empleada para este fin, aunque cuando hay un problema de juego las deudas se multiplican.

 

-Presencia mediática constante: Los salones de apuestas están proliferando en las ciudades, pero, además, muchos locales de restauración cuentan con ordenadores para poder apostar. Por otro lado, el bombardeo constante de la publicidad de apuestas online, con la presencia de personajes y deportistas muy conocidos, hace que se tenga una mayor tolerancia social hacia ellas.

 

Signos de alarma

“El que un niño haya jugado alguna vez no lo convierte en un adicto ni provoca que vaya a desarrollar un trastorno adictivo futuro”, tranquiliza el Dr. Rabadán, que añade que las adicciones se dan en personas más vulnerables, «como las que tienen escasas habilidades sociales o son poco tolerantes a la frustración”.

 

«Está demostrado que el que juega mucho siempre pierde, pero este tipo de juegos ofrece una recompensa inmediata que favorece la adicción»

Hay algunas señales de alarma que pueden indicar a los padres que su hijo tiene problemas con el juego online, como el aislamiento social, el cambio en el rendimiento escolar, la modificación de conducta, las interferencias en su vida cotidiana y la pérdida de control e incapacidad para dejar de jugar aunque conozca los aspectos negativos del juego. “Muchos padres se enteran del problema cuando ven que hay un ‘agujero’ en su tarjeta de crédito”, expone.
“Si los padres observan que su hijo ha comenzado a jugar online pueden acudir a una organización que trabaje en este tema para informarse, conocer los programas de prevención y tratar de ponerse al día en las nuevas tecnologías: podemos ir un paso atrás de nuestros hijos en ese terreno, pero no veinte”. En el caso de que el niño o el adolescente presente ya un problema más serio con el juego “es innegociable ponerlo en tratamiento”, aconseja por último.

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