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Mi ADN te echa de menos

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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ana veiga
Cualquier padre puede intuir que estar en la vida de sus hijos es importante. Aunque quizá no haya tantos que crean que esta importancia tiene que ver no solo con su desarrollo emocional sino también con sus genes.
Según un estudio de la American Academy of Pediatrics publicado a mediados de 2017, cuando un niño pierde a su padre durante la infancia, puede tener también consecuencias negativas a niveles que no habías sospechado. Estamos hablando de su ADN, es decir, el ácido nucleico que codifica su información genética y determina cómo es el niño.
El ADN y sus efectos
El estudio fue realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Princeton. Se hizo en 2007 analizando el ADN de 2.420 niños -entonces de 9 años. Después, repitieron el proceso cuando los menores tenían 15 años. Para determinar los cambios en el ADN de los niños que habían vivido la ausencia de su padre, midieron diferencias físicas visibles a través de la longitud de los telómeros en los genes relacionados con la señalización de la serotonina y dopamina – dos sustancias muy importantes por su influencia en el comportamiento y personalidad del niño-. De hecho, la longitud del telómero (LT) se ha asociado en muchos estudios con el estrés crónico de diversos orígenes tanto en niños como en adultos.
El experimento mostró que los niños que habían vivido la pérdida de su padre, tenían los telómeros significativamente más cortos (media de 14% de reducción) que los niños que siguen teniendo a su padre presente. Es decir, que tienen menos serotonina y, por tanto, más tendencia a depresión o una respuesta desadaptativa ante las exigencias del ambiente.
“Pensamos que la separación o la pérdida de un padre sería un evento significativamente estresante en la vida de un niño pequeño. Y planteamos la hipótesis de que la pérdida del padre estaría asociada con la deserción de los telómeros, y ese resultó ser el caso”, reconoce Notterman.
Mientras se plantean cómo analizar eso, nos cuentan en su estudio que sí pudieron ver si los efectos de la ausencia paterna son diferentes en niños y niñas. La respuesta fue sí: Los efectos son un 40% mayores para los niños que para las niñas.
En general, ha confirmado que el impacto en el ADN varía según el motivo de la ausencia. Por ejemplo, la muerte paterna tiene el mayor impacto, con un 16% de reducción. El segundo nivel es el encarcelamiento del progenitor (impacto del 10%) y, en tercer lugar, la separación y/o divorcio (6%).
Notterman considera que sus hallazgos “subrayan la importancia del padre en la vida de sus hijos” y que “un rol central para el padre es óptimo para el bienestar de su hijo”, una información que creen debe “incluirse en las políticas públicas para brindar apoyo a las familias cuando el padre, por una razón u otra, está lejos de sus hijos”.
otros impactos
Tras hablar de los efectos genéticos en el niño, no podemos obviar los emocionales. Los sociólogos Sara McLanahan (Universidad de Princeton) y Daniel Schneider ( Universisad de Berkeley) se unieron a la investigadora en el Departamento de Análisis y Gestión de Políticas de Universidad de Cornell, Laura Tach, para examinar las consecuencias de la falta del padre en el desarrollo emocional del niño. Lo hicieron en el informe Los efectos causales de la ausencia del padre, en el que revisaron y resumieron 50 estudios realizados en nueve países. Así, vieron que en el área académica, la ausencia del padre no tuvo efectos consistentes en los tests cognitivos hechos a los niños aunque sí existen evidencias de que la ausencia del padre redujo el nivel educativo de los niños evaluados. Referente a su salud mental, cuatro de los seis análisis más relevantes incluidos en el estudio demuestran “un efecto negativo del divorcio de los padres sobre la salud mental de los adultos”. Por otro lado, cinco de cada seis estudios también sugieren que la ausencia del padre afecta a la probabilidad de que sus hijos consuman tabaco, alcohol o drogas ilegales.

EL SÍNDROME DEL PADRE AUSENTE
Hemos estado viendo cómo afecta la ausencia del padre. Pero ¿y la ausencia presente? Virgina de la Iglesia, psicóloga especialista en familia tóxica, alta sensibilidad y dependencia emocional, habla del síndrome del padre ausente en su web Psicología y Consciencia.
n “El síndrome del padre ausente consiste en percibir a nuestro padre como emocionalmente distante e inaccesible”, explica De la Iglesia, que lo contextualiza como habitual “en generaciones anteriores donde los roles dentro de la familia eran mucho más estructurados y se suponía que el padre tenía que salir de casa a producir para que su familia estuviera bien atendida económicamente”.
n Eso provocaba que “muchos padres se centraran en esta función y no se implicaban en atender las demandas de carácter más emocional”. Además, si a ese rol le sumamos que “muchos hombres por su Educación tienen enormes dificultades para conectar con sus emociones, nos encontramos con futuros padres que poseen verdaderas carencias a la hora de atender emocional y afectivamente a sus hijos”.
n De ese tipo de relación padre-hijo, pueden derivar problemas durante la edad adulta de los niños como “dificultad para seguir las normas, incapacidad de generar una estructura sólida para realizar sus proyectos, indisciplina y falta de voluntad, conductas abusivas con los demás o dificultades para ejercer la propia autoridad así como falta de sinceridad e integridad”, advierte.
n De la Iglesia anima a aquellos padres que sientan que cumplen ese perfil de padre ausente para que activen “su padre amoroso”. Esta figura es un “líder o ejemplo honorable a seguir que ejerce disciplina pero predicando con el ejemplo.

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