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Salud visual: aprender con buenos ojos

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Es conveniente acudir al especialista todos los años durante los primeros meses del curso escolar

 

La visión es clave para el aprendizaje, ya que el 80% de la información recibida se obtiene a través de ella. Descubre los síntomas para detectar la existencia de problemas visuales a tiempo y los consejos proporcionados por expertos para prevenirlos y tratarlos.

 

Eva R. Soler

 

Uno de cada cuatro escolares presenta alteraciones visuales, según un reciente estudio del Consejo General de Ópticos-Optometristas (CGCOO), Sin embargo, la mayoría de los padres no son conscientes de los problemas de visión de sus hijos y la salud ocular suele ser, con frecuencia, olvidada. Los expertos coinciden en señalar que la mejor manera de detectar los problemas visuales infantiles a tiempo son las visitas periódicas al oftalmólogo: una valoración previa al inicio del curso académico permite verificar si existe algún problema visual que pueda influir sobre el rendimiento del niño y, por tanto, también sobre su seguridad a la hora de afrontar el proceso de aprendizaje.

 

El informe del Consejo calcula que entre el 5 y el 10% de los preescolares y el 25% de los escolares presenta alteraciones visuales como miopía, hipermetropía o estatismo, entre otras. Además, al menos del 10% de los niños padece ambliopía, el conocido como “ojo vago”, pero más de la mitad de los padres lo desconoce y no busca tratamiento. “El número de miopes está aumentando en la población pediátrica española y uno de los factores de riesgo es el número de horas que pasan con dispositivos digitales”, advierte un portavoz del CGCOO.

 

Síntomas de alerta

Según los expertos, existen varios signos o síntomas que pueden servir de voz de alarma para que los padres detecten la existencia de un problema visual a tiempo:

-El menor evita tareas relacionadas con la visión de cerca (como leer o hacer los deberes) o con la visión de lejos (como deporte y otras actividades de ocio).

-Experimenta dificultades con la lectura: omite o confunde letras o palabras, usa el dedo para guiarse, adopta una postura forzada o se acerca al libro más de lo normal

-Frunce el ceño, guiña los ojos, inclina la cabeza o gira el cuello para mirar de lejos o de cerca. Entrecierra los ojos o los guiña cuando tiene que levantar la vista hacia la pizarra.

-Presenta irritación o escozor de ojos cuando escriben o leen.

-Se queja habitualmente de dolores de cabeza o visión borrosa, sobre todo, al final de la jornada escolar o a la hora de hacer deberes.

-Tropieza con facilidad, consecuencia de la deficiencia en la sensación de profundidad

-Baja comprensión de la lectura para su edad

-Tiene demasiada sensibilidad a la luz y le cuesta adaptar la visión en los ambientes oscuros.

-Se sienta demasiado cerca de la televisión

-Parpadea con mucha frecuencia y le lloran los ojos

-No enfoca la vista de manera precisa hacia lo que se le señala.

 

CONSEJOS PARA PREVENIR PROBLEMAS VISUALES POR LA UTILIZACIÓN DE ORDENADORES

Para paliar los efectos perniciosos que provoca el uso de dispositivos móviles, el CGCOO recomienda:

-Limitar el tiempo de uso: intentar limitar el número de horas que pasen con pantallas (fuera de las obligatorias por el colegio)

-Descansos frecuentes: Seguir la regla del 20/20/20: mirar a 20 pies de distancia (equivalente a 6 metros) cada 20 minutos durante 20 segundos.

-Es conveniente que siempre que se pueda se use luz natural.

-Mantener el monitor del ordenador a unos 60 cm. de distancia y, ligeramente, por debajo del nivel de los ojos. Esto es muy importante en los niños, ya que, por su estatura, suelen encontrar la pantalla demasiado alta.

-Ajustar los colores del monitor para que sean siempre claros y mates. Asimismo, es importante configurar los caracteres y el tamaño de la fuente (que no sea muy pequeña para facilitar la legibilidad)

-Mantener una imagen estable y sin destellos. Es recomendable que la pantalla se pueda orientar a conveniencia para optimizar los ángulos de visión y que se pueda regular en cuanto a brillo y contraste.

-Es conveniente que la pantalla esté siempre limpia y estudiar o leer con texto negro sobre fondo blanco.

-Colocar el monitor perpendicular a la ventana para evitar deslumbramientos y reflejos.

 

CÓMO ACERTAR CON LAS GAFAS

En el caso de que, tras la revisión, se haga patente que el menor necesita gafas, el portavoz del Consejo General de Ópticos Optometristas aconseja a los padres que sigan las recomendaciones de los Ópticos Optometristas que les asesoran porque dependiendo de la fisonomía de la cara, de la refracción y de la edad, necesitarán un tipo de lente u otra: “Siempre se buscan gafas ligeras, resistentes y seguras. Por eso, se suelen recomendar cristales orgánicos, reducidos (si la refracción es alta) y con antirreflejante. En cuanto a la montura, es importante que en los pequeños la gafa no resbale hacia el borde de la nariz porque es fundamental que siempre miren a través de cristal para que siempre vayan corregidos. Como en los primeros años el tabique nasal suele ser pequeño, hay que encontrar una gafa que se ajuste bien a su nariz y al resto de la cara”. Para niños menores de tres años, la montura debe ser de goma, apuntan desde Sanitas.

 

Dr. Emilio Dorronzoro, jefe de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.

¿Han percibido un aumento significativo de los problemas visuales de los escolares tras el confinamiento por el mayor uso de dispositivos móviles y tecnológicos durante esta etapa?

Tras el confinamiento, hemos recibido muchas consultas por molestias oculares tipo picor, irritación y sensación de cuerpo extraño, relacionadas con un uso intensivo de las pantallas por parte de los niños. Estos dispositivos se han utilizado tanto con fines académicos, como de ocio, y la exposición a éstos ha sido anormalmente prolongada durante meses.

Además, debido al trabajo continuado de cerca y la falta de tiempo de estancia al aire libre, hemos percibido un aumento de la miopía en los pacientes que previamente la padecían o su presentación en niños que antes veían bien de lejos. Este fenómeno lo estamos estudiando porque tiene un componente acomodaticio que hay que descartar antes de la prescripción de gafas para visión lejana.

 

Si aparecen señales de alarma que indican la necesidad de acudir a un profesional, ¿qué criterios deben seguir los padres para “acertar” con el más adecuado?

Visión borrosa, cansancio ocular, cefaleas o, incluso, tortícolis. Cualquiera de estos síntomas son un buen motivo para acudir ala consulta de oftalmología. Los niños con hipermetropía pueden quejarse de cefaleas relacionadas con el esfuerzo visual, más prevalentes al final del día. Con la miopía, aparece la visión borrosa de lejos y arrugan los párpados para intentar ver mejor. Afortunadamente, disponemos de profesionales muy bien entrenados tanto en las consultas como en las ópticas. Es importante saber que para descartar un defecto refracto en un niño, hay que dilatar la pupila y eso sólo puede realizarse en la consulta de oftalmología.

 

¿Cuáles son las mejores medidas de prevención y mantenimiento de una buna salud visual?

Es fundamental el descanso de la acomodación (del trabajo de cerca) y limitar el uso de pantallas de visualización de datos. Ningún niño debería pasar más de una hora seguida con un dispositivo ni más de 2 horas al día con una pantalla. Además, debemos intentar que puedan pasar más tiempo al aire libre, medida que reduce la progresión de la miopía y que, además, puede ser muy saludable si practica deporte durante este momento. Ante la aparición de cualquier síntoma sospechoso como visión borrosa, cefaleas, enrojecimiento… debe acudir a la consulta del especialista.

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