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10 claves para fomentar una buena educación en alimentación saludable

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Diana Oliver

 

La cantidad de información que encontramos en la red sobre alimentación demuestra que es un tema que genera interés, ya sea porque nos preocupa lo que comemos o porque es una cuestión a la que, al fin y al cabo, nos enfrentamos a diario. En muchos casos, es la llegada de los hijos la que nos sitúa en un replanteamiento de nuestros hábitos de vida, siendo la alimentación uno de los primeros aspectos a revisar. Surgen entonces un sinfín de preguntas: ¿Comemos peor de lo que pensamos? ¿Cómo conseguir que la alimentación de nuestros hijos e hijas sea saludable? ¿Cuál es nuestro papel como padres para establecer las bases de una buena educación alimentaria? ¿Estamos a tiempo de instaurar una alimentación saludable en casa?

 

 

Qué es comer de forma saludable

Pese a tener un mayor acceso a información y a recursos, en los últimos 30 años nuestro estilo de vida ha empeorado. Y no sólo en lo que se refiere a la alimentación. El sedentarismo y la popularización de hábitos como el alcohol o el tabaco contribuyen en gran medida a que, como bien recogía el informe ‘Health at a glance’, elaborado en 2015 por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), vivamos más pero lo hagamos en un cuerpo lleno de achaques. De este escenario no escapa la infancia. Según los últimos datos del ‘Estudio Nutricional de la Población Española’ (ENPE), publicado por la Sociedad Española de Cardiología (SEC), cuatro de cada diez niños tiene sobrepeso u obesidad. Este dato nos da la foto: la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves de nuestro siglo. Un problema causado por el estilo de vida.

 

Hoy sabemos que la alimentación es uno de los pilares sobre los que se sostiene la salud junto con el descanso, el ejercicio y la evitación de hábitos dañinos. Sin embargo, es difícil saber qué es comer sano. La publicidad ha tenido un gran impacto en el concepto de lo que es un alimento saludable. Mensajes del tipo “Alto contenido en fibra”, “Cero azúcares añadidos” o “Bajo contenido en grasas” atraen a consumidores hacia productos muchas veces poco saludables pero que han logrado camuflarse entre la población como alimentos ideales en el marco de una alimentación sana. A través de ¡Ñam! Sobre lo que comemos, el primer libro informativo publicado en España dedicado a la importancia de fomentar unos hábitos de alimentación saludable desde la infancia, se pretende desenmascarar a todos esos productos ultraprocesados, situando siempre lo que comemos en el fomento de un pensamiento crítico que nos permita alejarnos de la publicidad engañosa. Para ello se abordan temas como la importancia vital y cultural de la comida, los grupos de alimentos básicos para una nutrición saludable o los riesgos de consumir en exceso sales, azúcares y carnes procesadas. También se ofrecen recetas fáciles y saludables para desayunos y meriendas, las dos comidas en las que normalmente se cuelan más alimentos no saludables. Todo de forma visual gracias a las acertadas ilustraciones de Carmen Saldaña.

 

Claves para fomentar una alimentación saludable en casa

 

La familia es el primer contexto de socialización para los niños, y es alrededor de este contexto sobre el que girarán el resto de experiencias que tengan. Según el psicólogo canadiense Albert Bandura, la mayoría de los aprendizajes que realizamos a lo largo de la vida son por lo que vemos. El famoso valor del ejemplo. Por tanto, para asentar las bases de una alimentación en casa hay que hacer equipo. Aquí algunas ideas que pueden ser de utilidad:

  1. Elaborar en familia un menú semanal de comidas y cenas.
    La organización es el primer paso para comer de forma más saludable: dejamos de improvisar y nos permite analizar la calidad de nuestra alimentación. Hacerlo de la mano de nuestros hijos e hijas no sólo les sirve para aprender cómo debe ser un menú saludable, también les permite implicarse en el proceso (lo que repercute positivamente en otros muchos aspectos: fomentando el espíritu crítico, la seguridad en sí mismos, etc.).
  2. No llevar a casa lo que no queramos comer.
    En este punto insiste mucho el dietista-nutricionista Julio Basulto: “No te lo lleves a casa que te lo comes”. Ocurre que cuando tenemos alimentos superfluos en casa en habitual que aparezca a menudo la tentación de comerlos. En este grupo de alimentos a evitar estarían aquellos repletos de sal o azúcar como la bollería, las patatas fritas o los lácteos azucarados, por ejemplo.
  3. Aprender a leer las etiquetas.
    Los alimentos que no necesitan etiquetas suelen ser, por lo general, los más saludables. La etiqueta nos dice cuáles son los ingredientes, la cantidad de azúcar o sal, qué grasas contiene y cuánta energía nos aporta. Leyendo las etiquetas debemos saber también que los mensajes asegurando importantes beneficios no siempre dicen la verdad.
  4. Llenar la cesta de la compra primando los productos frescos.
    Primando llevar a casa productos frescos nos aseguramos de que nuestra cesta de la compra será más saludable. Más ideas para huir de ultraprocesados: los botes de legumbres ya cocidas, las legumbres secas, la pasta y el arroz integral o los lácteos sin azúcar.
  5. Cocinar en casa e implicar a toda la familia.
    Metiéndonos en la cocina enseñamos a nuestros hijos e hijas el valor que tiene un trabajo tan importante como el de cocinar. Además, cocinando en casa nos permite conocer mejor qué comemos, cómo lo preparamos y cómo lo encajamos en nuestros gustos.
  6. Revisar los desayunos y las meriendas.
    Suele ser el momento del día en el que más alimentos insanos se consumen. A veces basta con hacer pequeños cambios como cambiar la bollería o los llamados cereales de desayuno por un poco de fruta o pan tostado. ¿Por qué no simplemente fruta para merendar?
  7. Dejar los dulces para ocasiones especiales.
    Aunque parece evidente que los dulces deben dejarse para ocasiones especiales lo cierto es que acaban llegando más veces de las que pensamos a través de fiestas, cumpleaños o días especiales. La pregunta que deberíamos hacernos es cuántos de esos días podríamos mejorar en cuanto a lo que comemos o de cuántos de esos días podríamos prescindir.
  8. No obligar nunca a comer.
    Por respeto al niño y para evitar precisamente rechazo a la comida no deberíamos nunca, bajo ningún concepto, obligar a nuestros hijos e hijas a comer.
  9. Para beber, agua.
    En muchas casas las bebidas azucaradas y los zumos forman parte del día a día. No tener este tipo de productos en casa y optar todos en casa por beber agua en las comidas nos ayudará a reducir, o incluso a eliminar, el consumo de bebidas insanas.
  10. Buscar herramientas educativas.
    Por último, acudir a un nutricionista infantil o disponer de herramientas como ¡Ñam! Sobre lo que comemos nos pueden ayudar a mejorar nuestra alimentación en familia.
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