Acogimiento se sostiene en ACOGEDORES, hombres y mujeres que más allá de mirarse el ombligo, de recrearse en sus dificultades comparten lo mejor que tienen, su vida.
Autor: JAVIER URRA. Psicólogo de la Fiscalía de Menores
Con la A, de Amor desprendido; a fondo perdido, sabedor de que pese a todo se recibe más de lo que se da.
Con la C, de Constancia, de Coherencia, de Capacidad de Cambio y adaptación, de flexibilidad, de adecuación. Sí, la C de Compartir presente y futuro. Capacidad para Convivir con el que es y con el que fue. Consciencia de que hay otros padres, a los que nunca hay que anular, ni más aún suplir, pero sí Coadyudar.
Con a O, de Obligarse libre y voluntariamente, de Ocuparse al 100% pero sin fecha fija. O de Orgullo íntimo por lo bien hecho, por hacer de la solidaridad y la fraternidad un hecho cotidiano.
Con la G, de Gracias a la vida por poder ayudar, por estar motivado. De Ganas por lo importante y cada detalle. Para que en el epitafio no ponga: “Murió como vivió, sin ganas”. De Gusto por la convivencia, conocedores de que conlleva conflictos, dudas, dificultades. De Ganar un reto que lo es, de buscar un equilibrio difícil. De Gasto (no siempre retribuido por la Administración ni reconocido por la sociedad).
Con la I, de Infancia, de compromiso con el presente y con el futuro. De Ilusión, por conocer y conocerse, por salir de la endogamia. De Intuir que se encontrarán obstáculos en el camino educativo. De Intentar ser comprendido y apoyado por las Instituciones educativas, pero sin propiciar la profecía autocumplida, ni el etiquetaje estigmatizador.
Con la M, de Maternidad, de vínculo, de afectividad, ejercido por ambos progenitores, sin por ello eludir las sanciones como parte de la educación, poniendo límites, ejerciendo como padres, de Mostrar con el ejemplo, con la auctoritas de quien se esfuerza por mejorar, por transmitir valores.
Con la I, de Ingenuidad que no permite ser mancillada por la terca realidad, ni por la burocracia. De Ingenio para compatibilizar con otros miembros familiares (llámense abuelos, hijos, etc.), la nueva Incorporación. De Integración de experiencias al currículo personal, a la psico-historia familiar. De Incentivar lo positivo, arrumbando miedos y fantasías.
Con la E, de Extroversíon, de gusto y respeto al otro por serlo. De Efusivo, de cálido, de acogedor, de Evolucionar con normalidad, sin ponerse medallas, de Exigencia al niño, sabedores de las limitaciones que le son consustanciales.
Con la N, de Naturalidad, de integración sin alardes ni exclusividades. De Normalidad, en una sociedad con claroscuros, donde hay que diferenciar entre lo que está bien y lo que no lo está.
Con la T, de Tolerancia, de Tutoría, de Tensión asumida, conocedores de que educar es una gozada, un gusto, un arte. De Totalidad.
Con la O, de Oportunidades, sin generar ni generarse falsas expectativas. De Orientar al resto de la ciudadanía de que el ser humano es capaz de lo mejor, de compartir su vida con quien no le fue impuesto, con quien no le unen lazos anteriores y el futuro no garantiza el agradecimiento.
Acogimiento se sostiene en ACOGEDORES, hombres y mujeres que más allá de mirarse el ombligo, de recrearse en sus dificultades comparten lo mejor que tienen, su vida.
Gracias por su día a día.