Autor: IRENE. VENEZUELA
Mi hijo tiene 12 años y tengo que estar pendiente de que se bañe, que use antitranspirante, que mantenga el orden en su cuarto, el peinarse se ha puesto peor desde que nació su hermano hace 5 meses.
Irene, pienso que lo que le ocurre a tu hijo es algo que les ocurre a la mayoría de los chicos a esa edad, al inicio de la pubertad. En estas edades suele ser frecuente que muestren una cierta «alergia» al agua y al jabón, además de alguna forma el oponerse a lo que sabe que a ti te gusta. Es una forma de demostrar que «ya es mayor, que ya no es un niño» y, como en el fondo es aun muy inmaduro, lo hace de esta forma muy infantil. Mi opinión es que, aunque entiendo que resulta molesto, no debes darle excesiva importancia. Probablemente en un par de años nos escribas diciendo que tu problema ahora es que está todo el día duchándose y gasta mucho agua, es la fase siguiente.
Si tu hijo ha adquirido en etapas anteriores unos buenos hábitos de higiene y orden, y estos se adquieren fundamentalmente en los 6 primeros años de vida, lo habitual es que una vez superada la etapa de la pubertad vuelva a recuperarlos. Esto no significa que debas permitirle hacer todo lo que quiere. Debes hacerle ver que, por respeto a los demás, debe guardar unas normas de higiene y de orden. Deberás ponerle pequeñas metas, y reforzarle por irlas consiguiendo: por ejemplo, para empezar, que deje su ropa preparada por la noche, o que recoja el baño después de la ducha… Pero exigirle las cosas de una en una y no todo a la vez.
Por otra parte, indicas que su falta de higiene ha empeorado desde que nació su hermano hace cinco meses. Esto parece indicar que de alguna manera está reclamando atención y ha «descubierto» que una buena forma de conseguirlo es a través de su falta de aseo. Si le recriminamos continuamente lo que conseguiremos es empeorar la situación. En este caso lo mejor que podría hacerse es quitarle importancia, que vea que con ello no consigue ser el centro de atención, y en cambio prestarle mucha atención y reforzarle por comportamientos positivos: cuando ayuda en algo, cuando se muestra cariñoso, etc. También es importante, teniendo en cuenta la edad que tiene, que tenga oportunidades de sentirse «protagonista» en su familia. Por ello tú y tu marido debéis esforzaros por dedicarle un tiempo individual sólo para él: charlar un rato con él por la noche, llevarle un día a merendar, practicar con él algún deporte… Ten en cuenta que los 12 años es una edad fundamental para conseguir una buena comunicación con él y que si a esta edad no se logra resultará mucho más complicado al llegar la adolescencia.