Autor: padresycolegios.com
Estimados amigos, tengo un conflicto familiar. Hace un año que me casé de nuevo con un hombre viudo y con dos hijos. Yo tengo otros dos y entre ellos no se aguantan. El mayor de los hijos de mi marido ya tiene 16 años y va un poco por libre; con éste no hay problema, pero la niña trata a sus hermanastros como si fueran unos intrusos. Tiene 13 años y por lo general es bastante desagradable. Yo misma aunque lo intento tampoco la aguanto mucho… Me lo pone muy difícil. ¿Qué le voy a decir a mis pequeños cuando se meten con ella si yo pienso igual porque les hace la vida imposible? A ver si me podéis ayudar porque mi marido huye de los problemas, prefiere seguir consintiendo a su hija. Gracias.
R.A. VALLADOLID
La constitución de una nueva familia entre dos personas que ya tienen hijos siempre es un proceso algo complejo para éstos. Sin embargo, bien vivido es muy enriquecedor para todos.
No mencionas cuánto hace que os habéis casado y este dato sería importante. Las fases en la adaptación a la nueva situación son diferentes y deben irse viviendo de forma adecuada para todos. Es fundamental que tu marido y tú os impliquéis en este proceso de una forma activa. Debéis hablar sobre este tema y convertirlo en un objetivo fundamental para que con vuestro amor vuestra familia sea una familia feliz.
Los hijos de tu marido están en plena adolescencia, por lo que dices los tuyos son más pequeños. El mayor no está compitiendo por encontrar su lugar. Era el mayor y sigue siéndolo. Ya tiene 16 años, es varón, por lo que su modelo primero de identificación, su padre, sigue estando allí. Es capaz de convivir, sin haceros a ti y a tus hijos demasiado caso, “va un poco por libre”. Con este chico habría que lograr también una mayor implicación en la familia, él lo necesita aunque no lo esté manifestando con conductas negativas.
Pero la niña está desesperadamente buscando atención. Era la pequeña y ahora parece que hay otros dos hermanos menores. Falta su madre y está intentando llamar tu atención y la de su padre. Necesita lograr, aunque lo está haciendo de una forma inadecuada, tu cariño y tu aceptación, así como su nuevo lugar en la familia. Y la manera en la que lo está haciendo es en forma de provocación constante a ti y a lo que ella sabe son sus principales competidores, tus hijos. Cuanto más os provoca más atención recibe, aunque sea negativa, en forma de regañinas tuyas.
Tus hijos, más pequeños, aunque lo están pasando mal por la mala relación con su nueva hermana mayor, te tienen a ti y a tu marido, con una actitud positiva de cariño y de aceptación.
Por eso, por lo pronto, intenta cambiar tu actitud con ella, sé que no es fácil, pero estoy segura de que cuando te casaste con tu marido estabas implícitamente aceptando incondicionalmente a sus hijos también. Ahora son ellos los que han de entender esto. Por eso:
1. Ten paciencia y habla todo lo que puedas con ella, sobre cosas importantes para ella, no para sermonearla.
2. Escúchala con atención cuando ella te cuente algo, aunque tengas que dejar de hacer lo que estés haciendo; es más importante escucharla que hablar tú. Que vea que te importan sus cosas.
3. Intenta mostrar confianza en ella y pide su colaboración en cosas que le hagan sentirse importante.
4. No intentes suplir a su madre, pero dale cariño y hazle ver que comprendes lo difícil que este proceso está siendo para ella.
5. Procura no tomar parte en las peleas con tus hijos, deja que las resuelvan entre ellos.
6. Si hay que regañarla, procura que sea tu marido el que lo haga.
Lo que más te ayudará es hablar con tu marido, no para quejarte de su hija, sino para hacerle ver que esta niña os está pidiendo más atención a los dos. Ambos deberíais acordar una serie de medidas que cada uno pueda realizar para facilitarle al otro ser bien aceptado por los hijos de cada uno, prestigiarle y hacerles ver que no se trata de suplir a sus respectivos padre o madre, sino establecer una nueva relación verdaderamente enriquecedora para todos.
enriquecedora para todos. Insisto, ambos debéis hablar con calma, cariño, y analizar lo que está pasando y ver qué medidas podéis ir adoptando. Tal vez os sea de mucha ayuda acudir a un asesor familiar que os facilite entender en profundidad cómo vive cada hijo la nueva situación familiar y cuáles serían las posturas más adecuadas para cada uno de vosotros a la hora de hacer más fácil y gratificante la relación entre vosotros y los hijos del otro y entre los propios hermanos.
Los niños necesitan un modelo de amor que les permita crecer como personas plenas, felices, libres, capaces de amar. Lograr que vuestros hijos encuentren en vuestro matrimonio una verdadera nueva familia, un modelo atractivo de amor, es un reto apasionante y posible, puesto que os queréis, que os debe ilusionar a los dos y uniros aún más.
CYNTHIA HERTFELDER TENREIRO
LICENCIADA EN EDUCACIÓN Y MÁSTER EN ASESORAMIENTO EDUCATIVO FAMILIAR