Tengo una niña de 8 años, yo tengo 42. Es muy buena estudiante y el año pasado en 2º de Primaria, la nota final fueron 12 sobresalientes; pero así como es de tenaz, es cabezona y no obedece. Hay que repetir hasta la saciedad para que haga algo que le pides, incluso a veces, hay que llegar al cachete que es cuando ella hace lo que le has estado pidiendo de buenas maneras. Estoy desbordada.
En una consulta médica esperando a que nos atendieran, cuando solo tenía 3 años, una psicóloga que estaba allí esperando a ser atendida, me dijo: “con esta niña vas a tener problemas. Te vas a enfrentar a una lucha de titanes, vas a tener que luchar por quien tiene el poder”. Dios mío cuánta razón tenía. Desde que empieza hasta que acaba parece que su objetivo es: “yo estoy aquí y quiero tener la sartén por el mango y hacer lo que yo quiera”.
Alma
Alma, su hija, está pasando una de las “crisis” de crecimiento, que van configurando la personalidad de cada uno. La tozudez que manifiesta es “buena señal”, porque evoluciona positivamente. La autoafirmación continua, que aparece en ese “querer tener la sartén por el mango”, debe considerarse como positiva, y así se lo hemos de transmitir a los hijos: ellos deben saber que estamos contentos de su crecimiento. Pero esto no significa que debemos cruzarnos de brazos y “consentir” todo lo que a la niña se le ocurra. No.
Estas son algunas de las pautas educativas que puede practicar con su hija:
1. Elaborar, con ella, algunas reglas, muy pocas, que se han de cumplir siempre (el periodo de inteligencia lógica en que se encuentra facilita la asunción de las reglas).
2. Distinguir cómo es y lo contentos que estamos por los síntomas de su personalidad segura, de lo que hace. No todo lo que hacemos está bien, y por eso hay que trabajar para corregirlo.
3. Las órdenes no se repiten. Si alguna no se cumple, se pregunta por qué, se dialoga y se llega a una conclusión negociada, que se cumple.
4. Las prisas son malas consejeras; todo lo que podamos prever evitará las improvisaciones, que desconciertan a los niños de esta edad.
Susana Villar Sanjurjo
Centro Universitario Villanueva