Hoy me apetece ofrecer algunos consejos prácticos para que los padres y educadores que no tienen demasiada experiencia y oficio, sepan a qué atenerse para educar con éxito y sin demasiados problemas a sus hijos o alumnos adolescentes.
Autor: BERNABÉ TIERNO
– Lo primero que hay que tener en cuenta es que estamos ante un ser frágil, muy sensible e inseguro, bastante desconcertante y con poca capacidad para controlarse y para resistir a las frustraciones. No le critique, ni le agobies. Intenta siempre el diálogo y las buenas maneras, sin perder la firmeza.
- Jamás te tomes sus palabras y actitudes como algo personal. Está afirmando su personalidad y por eso tiene esas expresiones de “fuerza” o de displicencia. Es sólo una pose. No te importe reconocer tus propios errores ante el adolescente para que te vea cercano y él reconozca también sus fallos y limitaciones.
- Déjale hablar, escúchale atentamente y por favor, no le juzgues ni condenes y mucho menos le descalifiques. Transmítele lo que piensas y confía siempre en sus capacidades y en su cordura y sensatez. Dile que sabes que es capaz de aprender de sus errores.
- Si tienes que corregirle en algo hazlo siempre después de haberle reconocido algún mérito o cualidad. Confía en su capacidad para corregirse y dile que tú, como cualquier persona, también te equivocas.
- Enséñale a establecerse límites a sí mismo, desde el ejemplo claro de cómo tú te estableces tus propios límites.
- Utiliza siempre su experiencia, su opinión y su criterio como punto de partida y dile en qué aspectos estás más de acuerdo con él. Después le razonas tus propias ideas, pero sin dogmatismos ni imposiciones.
- Si compartes con él tus vivencias pasadas, cuando eras adolescente como él, tus fallos, tus temores, tus éxitos, tus dudas, tus crisis y aventuras, lo más probable es que él también lo haga y establezcáis una estupenda relación padre-hijo.
- Dile que te encanta que tenga su mundo, sus secretos y sus amigos y que comparta contigo y con su madre lo que le parezca oportuno. Respeta siempre su intimidad.
- Los padres y educadores con autocontrol, cercanos, sensibles, responsables y disciplinados son el mejor y más práctico referente para el adolescente. Mostrarnos ante él como humanos, imperfectos y con limitaciones, le tranquiliza y le ayuda a crecer interiormente como persona.