Resulta imposible olvidar esta novela, imposible no quedarse atrapado en su intensa evocación. Todo lector o lectora que la haya leído recordará intacta su historia. El argumento es sencillo: un chaval llamado Daniel “el Mochuelo” recuerda los días de su infancia y de su inmediata juventud en su pequeño pueblo, durante la noche antes de irse a la ciudad para estudiar Bachillerato.
Entre sus recuerdos tienen preponderancia sus amigos Roque “el Moñigo” y Germán “el Tiñoso” y los mejores momentos que pasó con ellos, algunos también teñidos de honda tristeza. El libro rebosa de las aventuras cotidianas y los primeros descubrimientos que ha vivido el protagonista por los parajes naturales en torno a su pueblo.
Cada página de la novela está llena de la nostalgia de un tiempo que ya se perdió para siempre, el de la inocencia de los niños y los jóvenes, capaces de divertirse en medio de la naturaleza, con la simple compañía de los amigos, el río y un canto rodado… Sugiere además temas de interés, como la oposición entre el pueblo y la ciudad –en una época en la que comenzaba la despoblación de los campos de España– y, sobre todo, el del encuentro con la tragedia y el dolor, que marcan el paso a la vida adulta.
Narrada con un realismo muy poético, rico en vocablos y giros propios de la vida campestre, se trata sin duda de una las obras maestras de la literatura española contemporánea, y probablemente es una de las cúspides de la obra del recientemente desaparecido Miguel Delibes (1920-2010). La novela cuenta la historia siempre desde la perspectiva del joven protagonista, con lo que se logra un estilo llano, sencillo, muy verosímil en las descripciones y la sintaxis. Hay mucha ternura y lirismo más allá de lo que se narra, por lo que al terminar queda un recuerdo imborrable.
Ficha técnica
Miguel Delibes
Destino. 200 págs. 16 euros