Hace unas semanas, un diario nacional publicó un reportaje titulado ¿Educación o condicionamiento?, que intentaba revitalizar las viejas teorías constructivista de los años 60. Arranca el autor con toda una declaración de principios: “La función de los padres es acompañar a sus hijos para que crezcan sanos, libres e independientes. Sin embargo, muchos les imponen sus normas y creencias, dificultando que se conviertan en quienes son”. Como ven, es el ‘prohibido prohibir’ en versión psicopedagogismo progre.
El constructivismo pedagógico hunde sus raíces en el buen salvaje de Rousseau. Con mucho sentimentalismo y poco análisis clínico, esta corriente de pensamiento considera que el niño es bueno por naturaleza y que la misión del adulto consiste básicamente en no corromper su inocencia. El reportaje recoge una cita de Osho: “El crimen más grande de la humanidad es contaminar la mente de un niño inocente con falsas creencias que limiten y obstaculicen su propio descubrimiento de la vida”. Censura el autor a esos padres que “en vez de darles lo que verdaderamente necesitan (cariño, atención, aceptación, libertad y amor), les ponen todo tipo de límites, inculcándoles creencias, normas y valores que definan quienes han de ser y cómo deben vivir”. Y se queda tan ancho.
Antes de entrar al fondo de la cuestión, es de agra-decer que estas cosas, hoy día, al menos resulten antiguas, sesentayochistas. Antes las escuchábamos y entrábamos en éxtasis, ahora no. Choca con lo que el sentido común y con lo que la mayoría de los psicopedagogos nos están recomendando: la importancia de poner límites y de fijar normas de comportamiento. ¿Los niños son puros? No, desde luego, en sentido pleno. Pureza que, por ejemplo, sí encuentro en un anciano de vida ejemplar… En fin, educar es acompañar pero es mucho más. Es guiar, formar, modelar: servir de modelo, transmitir conocimientos, valores y experiencias. Es no desatender las facetas intelectual, humana y espiritual de la persona. Y la clave entre poner límites e imponer límites está en el amor con que se hace.