Autor: Juan Herminio Duarte
Mi hijo de siete años se pide para su cumpleaños una game boy o una play station con sus respectivos juegos. Como yo no quiero entrar en ese tipo de juegos para los niños, le vengo diciendo que no se haga muchas ilusiones porque nadie le regalará algo con lo que los padres no están de acuerdo, pero no hay forma de que agregue alguna otra cosa a su lista de pedidos. Qué puedo hacer para que ese día no se sienta frustrado?
Estimados amigos, es difícil que si vuestro hijo está empeñado en recibir una consola en su día de cumpleaños no se sienta «frustrado» al no recibirla sin saber «exactamente» los motivos de dicha ausencia. Creo que es importante que intentéis hacer comprender a vuestro hijo cuáles son los motivos por los que no le haceis este tipo de regalos. «Por que te lo digo yo» es un motivo estupendo para los hijos pequeños, y no tan estupendo para los hijos que empiezan a usar la «razón».
No obstante puede ayudaros el pensar ¿dónde están las cosas que los niños logran con insistencia machacona, como si les fuera la vida en ello? A las semanas o meses, ahí está la cosa destrozada u olvidada.
Los juguetes de los niños envejecen con una prisa sorprendente y tienen una vida útil fugaz. Los caprichos se trasforman en cosas inservibles o fuera de moda, que terminan por ocupar un espacio innecesario.
Me gustaría deciros también que no entro a valorar si un niño de siete años ha de tener o no una consola (eso es una decisión que os corresponde a vosotros tomar), lo que sí quisiera haceros ver es que el ocio está cambiando a una velocidad de vértigo y el gran problema no está tanto en tener o no dicha consola sino en el tiempo y juegos que se utilizan en ella.