Tras el inusitado éxito de Iron Man, era cuestión de tiempo que llegara la segunda parte de las aventuras del personaje, uno de los más populares de los cómics de la editorial Marvel, nuevamente interpretado por Robert Downey, Jr.
Como se vio al final de la primera entrega, el industrial Tony Stark ha declarado públicamente en rueda de prensa que él es Iron Man, cuando se pone una sofisticada armadura de combate de alta tecnología. Poco después de inaugurar Expo Stark, donde muestra las innovaciones tecnológicas realizadas en su empresa, y sus aplicaciones humanitarias, los políticos pretenden que el empresario revele los secretos de su revolucionaria armadura al ejército, para salvaguardar la seguridad nacional. Además, el ruso Ivan Vanko, que culpa al padre de Stark de la desgracia de su familia, se ha propuesto vengarse enfrentándose a él con ayuda de sus propios inventos.
Jon Favreau repite como director –y también interpreta a un guardaespaldas– en esta secuela de la exitosa adaptación de las peripecias de uno de los personajes más famosos de los comics Marvel. Ofrece lo que se supone que los espectadores esperan de una secuela como ésta: más efectos, más villanos y más explosiones que la primera parte. Nadie quedará decepcionado. Además, cuenta con actores carismáticos que permiten pasar por alto que sus personajes sean esquemáticos, sobre todo en el caso de Robert Downey Jr., que ha pasado de ser un intérprete de películas un tanto minoritarias a una estrella que sabe captar la atención del espectador. Se luce especialmente Mickey Rourke, cuyo personaje es el típico villano caricaturesco, pero que el protagonista de El luchador se empeña en interpretar como si estuviera sacado de una tragedia de Shakespeare.
Sam Rockwell logra imprimirle cierto humor a su personaje, Justin Hammer, rival de Stark. El militar James ‘Rhodey’ ya no está interpretado por Terrence Howard, que ha debido ser despedido, sino por Don Cheadle, que cumple con su trabajo. Otras estrellas sin embargo, parecen un poco desaprovechadas, como Gwyneth Paltrow, cuyo personaje pasa a dirigir la empresa, pero no se le saca punta a esta subtrama.
El guión de Justin Theroux (Tropic Thunder, ¡Una guerra muy perra!) funciona más o menos, aunque es un tanto plano y previsible y parece pasar de largo por algunas cuestiones que plantea, sobre todo el problema del alcoholismo, sacado de una de las sagas más famosas de los cómics: “El demonio en una botella”. Pero aquí no se profundiza en el tema, ni tampoco en la relación paternofilial del protagonista con su padre fallecido, otro de los asuntos que se supone que son fundamentales en la trama.
Como era de esperar, los reyes de la función son los efectos especiales. Es cierto que se echa de menos alguna escenita más, pero las que hay resultan lo suficientemente espectaculares como para justificar el dinero de la entrada, sobre todo la aparición de Iron Man en la Expo Stark, el combate en el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, y sobre todo la gran confrontación final. Todas ellas a ritmo de música de rock duro, con grupos como AC/DC.
Personajes del cómic
Scarlett Johansson es la Viuda Negra, personaje sobradamente conocido por los seguidores de los cómics, pero la actriz se limita a componer a una mujer rusa tan fría como excepcional luchadora que resulta un tanto plana. Especialmente decepcionante es la inclusión del actor Samuel L. Jackson, que interpreta a otro personaje de las viñetas: el duro Nick Furia. Por desgracia, su presencia en un par de escenas sólo se justifica como promoción de la inminente película de Los vengadores, pero si se suprimieran sus apariciones, los espectadores no se darían cuenta.
Ficha técnica
2010. 124 min.
Dirección: Jon Favreau.
Intérpretes:Robert Downey, Jr., Gwyneth Paltrow, Scarlett Johansson, Terrence Howard, Mickey Rourke.