¿Se puede educar sin cachetes y bofetadas? Sin la menor duda. Somos muchos los que no hemos utilizado medidas violentas y hemos educado bien a nuestros hijos con técnicas de modificación de conducta, que la psicología educativa de los últimos 25 años nos ha enseñado.
Autor: BERNABÉ TIERNO
Todo el mundo sabe que un niño necesita normas claras, disciplina y también y sobre todo amor, cuidados y atenciones, pero a la hora de corregirle, cuando el niño nos deja sin razones y argumentos y se empeña en adoptar conductas negativas, peligrosas y caprichosas, unos adultos opinan que el cachete y la bofetada son un buen remedio. Argumentan que sus padres o abuelos les zurraban moderadamente y con no demasiada frecuencia y ellos no tienen ningún trauma.
Otros, entre los que me encuentro, pensamos que la bofetada y el cachete, propinados cuando no sabemos emplear otras técnicas, no es lo más recomendable, porque aunque la bofetada o el cachete consiga que el niño haga lo que debe por temor al castigo, aprende y vive en sí mismo y en directo medidas violentas, que antes o después utilizará contra los demás y seguramente contra las personas más cercanas.
A quienes defienden el cachete y la bofetada “a tiempo”, les pregunto:
1. ¿Cuándo y cómo se sabe que es el momento adecuado?
2. ¿Hasta qué edad? ¿Mientras el niño sea pequeño y no pueda devolvernos la bofetada? ¿qué hacemos si el niño tiene 16 años, mide 1,80, hace pesas y tiene unos bíceps de 40 cms?
3. ¿La bofetada a tiempo, sólo contra los hijos? Si el marido o la mujer se comportan mal, y nadie me dirá que los adultos somos unos angelitos, ¿qué hacemos?
¡Por favor, señores! ¿No ven una tremenda incongruencia pretender erradicar la violencia doméstica y al mismo tiempo defender la bofetada y el cachete con los niños? Evidentemente, también es una barbaridad castigar a los padres porque hayan dado un cachete a sus hijos de forma puntual y como simple advertencia. Pero sin dejar de estar atentos a esos padres que se aficionan al castigo físico y el indefenso es el niño. Hay más niños maltratados de lo que pensamos y si sus propios padres no son capaces de darse cuenta del daño que hacen a sus propios hijos, quienes observen reiteradas conductas de maltrato deben denunciarlo.
¿Se puede educar sin cachetes y bofetadas? Sin la menor duda. Somos muchos los que no hemos utilizado medidas violentas y hemos educado bien a nuestros hijos con técnicas de modificación de conducta, que la psicología educativa de los últimos 25 años nos ha enseñado y que yo, personalmente, lo llevo enseñando por todos los centros educativos y a través de mis libros desde hace más de treinta años: En el antiguo periódico YA lo hice por entonces y ahora, libros como La educación inteligente (Ed. Temas de Hoy) y Todo lo que necesitas para educar a tus hijos (Ed. Grijalbo) enseñan a educar bien sin recurrir a medidas violentas.
Hay una educación inteligente y sin cachetes ni bofetadas que permite educar a los niños motivándoles tal y como enseña la psicología escolar y la pedagogía positiva.