El planteamiento resulta sumamente
discutible cuando una y otra
vez desciende la calidad de la enseñanza
hasta el fondo del pozo,
con un alumno de cada tres que no
alcanza el título de la ESO…
Autor: padresycolegios.com
Cualquiera diría que la canción de
Quilapayun del año 70 "El pueblo
unido, jamás será vencido"
y que ha sido cantada frente a los
despotismos de medio mundo podría convertirse
hoy aquí en "Los padres unidos, jamás
serán vencidos", y podría ser cantada
con el mismo ímpetu frente a la promulgación
de leyes opresoras en materia educativa.
El fracaso escolar en España está adquiriendo
dimensiones legendarias y no parece
que vaya a cesar de crecer mientras los
padres no se impliquen suficientemente en
la educación de sus hijos. La llegada masiva
de niños al sistema educativo hace que
muchos padres duden de su propia competencia
para participar activamente en el
desarrollo educativo de sus hijos, porque
piensan que están recibiendo una formación
que ellos no pudieron ni soñar con llegar
a ella, o tardaron muchos años en obtenerla,
y la ven con un respeto y un cierto
temor, como si al participar en ella, en realidad
sólo estuvieran interfiriendo en un proceso
que se les escapa.
Dejar la educación en manos expertas,
es el sueño de los padres para sus hijos, un sueño del que no queda más remedio que
despertar, cuando se comprueba una y otra
vez, el aumento del fracaso escolar y que se
debe en gran medida a que la educación en
España tampoco está en las manos expertas
de los profesores, una de las profesiones
más despreciada y peor retribuida, sino en
la de políticos de criterio dudoso, que no
consultan con nadie, que hacen las leyes
educativas porque sí, que expulsan a las
asociaciones de padres y maestros con las
que no comparten ideario de los organismos
consultivos de la educación. El mayor
despotismo se encierra en la frase: "yo sé
mejor que tú lo que necesitas, lo que necesitan
tus hijos; déjame hacer a mí".
El planteamiento resulta sumamente
discutible cuando una y otra vez desciende
la calidad de la enseñanza hasta el fondo
del pozo, con un alumno de cada tres
que no alcanza el título de la ESO y los bajísimos
niveles de comprensión en matemáticas,
ciencias o escritura. Los padres tienen
la ventaja sobre cualquier tipo de expertos
es que se trata de sus hijos y no ven
en ellos una materia excelente para la experimentación
social o para pasar a la historia
como solucionadores de problemáticas.
Quieren que sus hijos tengan una buena
educación ya. No pueden esperar dos
años a que el Gobierno ponga en vigor una
nueva Ley.
Los padres unidos tienen que conseguir
que se cumplan los plazos inmediatamente
y exigir claridad y respeto a sus hijos. Esperar
dos años, a ciertas edades, es una eternidad.