Autor: Mª Antonia Hueso Zambrano
Somos un matrimonio estable con dos hijos y tenemos problemas con el mayor de 9 años. No estudia aunque es muy inteligente –que es lo que nos dice su tutora–,tiene problemas en el cole e incluso ha llegado a falsificar nuestra firma para no darnos las notas de sus profesores. Lo castigamos quitándole lo que más le gusta, aunque nunca utilizamos el tan nombrado cachete. Ya no sabemos qué hacer, puesto que miente sin motivo alguno y nunca da una respuesta al por qué lo hace. Hablamos con él y le preguntamos si tiene algún problema, si no se siente querido, y siempre nos contesta que él sabe que lo queremos y que no sabe lo que hace. ¿Qué podemos hacer ante este caso? ¿Sería conveniente que acudiéramos a la consulta de algún especialista? Sus profesores opinan lo mismo que nosotros y ya no saben cómo ayudarlo. Le agradeceríamos enormemente que nos diesen unas pautas a seguir. Gracias.
Raquel. Las Palmas
Habría que contar con la posibilidad de que tenga una celotipia, es decir, que se mantengan todavía los celos con respecto a su hermano menor. Sería bueno saber la edad que tiene este último. Quizá el hecho de no querer estudiar sea una forma de llamar la atención de ustedes. Analicen su comportamiento desde que su hermano nació. Habría que saber si no ha estudiado nunca o ha dejado de hacerlo en un momento concreto.
Por otro lado, a pesar de que el niño sea inteligente, puede tener algún problema de aprendizaje relacionado con el lenguaje, por ejemplo, está comprobado que los niños disléxicos son inteligentes. Observen cómo lee, cómo se expresa, cómo es su comprensión oral y escrita o su nivel de vocabulario.
Sería bueno que el propio centro escolar les pudiera dar esos datos, si es que el Departamento de Orientación le ha aplicado alguna prueba. Yo no pensaría en nada de tipo emocional sin antes descartar algún problema como consecuencia de un déficit sensorial (correcta visión, audición…) o perceptivo que debería evaluar un optometrista, o bien un problema relacionado con algún factor lingüístico. Por tanto, quizá convenga aplicarle una batería de pruebas por parte de un gabinete psicopedagógico y, dependiendo del resultado, acudir a un optometrista o a una terapia de conducta por parte de un psicólogo.
Espero que esta repuesta les ayude a solucionar el problema.
Licenciada en CC de la Educación, Diploma de Estudios Avanzados (DEA) y maestra de Primaria