Autor: Mª Luisa Barceló
Tengo una hija de 8 años de edad. Es muy cariñosa. Pero es desordenada y cada minuto hay que recordarle las cosas. Se pasaría todo el tiempo del mundo mirando la tele y jugando en la calle. Estoy cansada de estar recordándole lo que debe y no debe hacer. Hemos ido al psicólogo, pero ella no cambia y me agoto.
Elena. Teruel
Elena, educar es un reto apasionante, en el que no hay recetas mágicas ni soluciones únicas. Cada familia tiene sus circunstancias y su historia. Tu hija cambiará si te ilusionas con la tarea de educar, que consiste en desarrollar todo su potencial, aceptando sus progresos y sus días rebeldes. Una manera de ayudarle es pensar en sus puntos fuertes, qué cosas le gustan para poderla motivar y proponerte metas educativas, pequeños objetivos concretos y evaluables, para que consiga los hábitos que no tiene; esas rutinas diarias van forjando el carácter y el modo de ser. Podrías empezar por fijar con ella un horario para trabajar, jugar y cumplir con sus encargos; hazlo con flexibilidad y comprensión, pues no se trata de vivir para el orden, sino de ayudarle a descubrir la conexión que existe entre el esfuerzo de ordenar y la alegría que se siente cuando se hacen bien las cosas. No te olvides de que los hijos necesitan referentes asequibles, enséñale a hacer las cosas haciéndolas con ella; nadie nace sabiendo. Piensa que está en el mejor momento para desarrollar una serie de hábitos que son la base para que sea feliz en un futuro.