Autor: Teresa Artola. Doctora en Psicología
Mi hijo de 11 años es muy inseguro. Parece que tiene problemas de autoestima: elude las tareas difíciles, se rinde ante la menor dificultad, duda mucho a la hora de decidir. ¿Cómo puedo ayudarle?
Diego. Santiago
Cuando hablamos de autoestima, hacemos referencia al grado de satisfacción personal del individuo consigo mismo. Ésta determina los objetivos que el individuo se marca y el esfuerzo que pone en alcanzarlos.
La autoestima se elabora en base a tres fuentes de información:
• Las experiencias de éxito/fracaso a lo largo de la vida. Puede resultar problemática en aquellos niños –por ejemplo, con déficit de atención o con dificultades de aprendizaje– que han sufrido numerosas experiencias de fracaso.
• Los sentimientos de competencia y autoeficacia o creencias sobre lo que uno es capaz de hacer y no hacer. Para conseguir que los niños desarrollen un alto sentimiento de competencia es muy importante permitir el desarrollo de la autonomía, permitirle hacer las cosas por sí mismo. Un problema, los padres sobreprotectores.
• La valoración reflejada en los demás. Por ello es importante una educación positiva en la que se valore y se elogie más lo que el niño hace bien, y no se centre sólo en lo que hace mal. Un problema, los padres sobreexigentes y perfeccionistas.
Para el desarrollo de una buena autoestima es importante tener en cuenta seis factores claves para sentirse seguro:
• Competencia: expectativas elevadas de los padres.
• Libertad para equivocarse, cometer errores, tomar decisiones…
• Respeto: sentirse valorado, importante, apreciado…
• Afecto: sentirse querido de forma incondicional.
• Normas claras y consistentes.
• Experiencias de éxito.
Por tanto, te concreto algunas pautas que podrías seguir con tu hijo:
• Proporcionar al niño oportunidades de demostrar su rendimiento: Preguntándole cuando sabe que va a responder bien o cuando tiene interés en participar.
• Expresar de forma clara y explícita los progresos que realiza: por ejemplo, enseñando a sus hermanos un ejercicio suyo bien realizado y poniéndolo como ejemplo, escribiendo en su cuaderno anotaciones positivas…
• Valorar su punto de vista: pidiéndole su opinión respecto a cuestiones que se discutan o respecto a gustos y preferencias.
• Favorecer el que desempeñe papeles de cierta responsabilidad en la casa y en el colegio: vigilar a sus hermanos pequeños, coordinar un equipo, encargarse de la biblioteca, etc.
• Expresarle aceptación no verbal a través de la sonrisa, la mirada, el tono de voz…
• Dándole la oportunidad de hacer algo concreto por los demás: ayudar a su padre a arreglar un mueble, colgar un cuadro, etc.