Autor: padresycolegios.com
Soy madre de un adolescente de 14 y otro de 16. Cometí el error que entraran televisiones en las habitaciones. El padre es otro adicto al televisor… Pasan horas muertas delante de los aparatos y yo me desespero. ¿Qué hacer? A mi me ven como un bicho raro porque la enciendo tan sólo cuando quiero ver algo de interés.
MARGA. BARCELONA
La solución puede ser la negociación. Ésta requiere orden, paciencia y voluntad de pactar y es importante tener claras cuáles serán nuestras condiciones de negociación. Los padres deben dar el primer paso, estar de acuerdo previamente y saber lo que quieren conseguir: tipos de programación, horarios, no ver la televisión en las comidas, verla en un lugar común y no en las habitaciones, etc.
– Explicar de manera clara y breve lo que se quiere.
– Reunir a los hijos y escuchar con atención sus propuestas y dialogar sobre ellas exponiendo las razones por ambas partes.
– Buscar puntos de encuentro y ofrecer alguna compensación a cambio del compromiso.
– Valorar las posibles contraofertas y ceder, si es posible, en alguna condición. Al negociar ya aceptamos que tenemos que rebajar nuestras expectativas.
– Aceptar el mejor acuerdo posible y valorarlo positivamente.
– Comprobar, exigir y cumplir los compromisos pactados.
Las razones que se pueden presentar a los hijos son:
– La televisión fomenta la pasividad: resta tiempo para la práctica de deportes, para el juego y el cultivo de las aficiones.
– Genera hábitos consumistas: los caprichos se convierten en necesidades innecesarias.
– Dificulta la imaginación creadora: mengua el desarrollo de la creatividad.
– Influye negativamente en los estudios.
– No favorece el descanso y el sueño: hiperactividad sensorial.
– Obstaculiza la comunicación. – Despierta agresividad y actitudes antisociales.
– Favorece el crecimiento de niños sin amigos.
Algunas sugerencias
El uso de la TV debe ser un tema fundamental en la formación integral de los hijo, que debéis afrontar conjuntamente, y poneros de acuerdo para tener los mismos criterios educativos. Se necesita el intercambio constante de información entre los padres sobre los hijos, sobre cómo podemos ayudarles, las normas que establecemos, las alternativas que les proponemos.
Emplear un tiempo desproporcionado para ver televisión perjudica el rendimiento escolar y resulta un estorbo para la formación de la capacidad reflexiva, crítica y creativa de los hijos.
Proponer alternativas. Un modo de enseñar a ver la TV es seleccionar cada semana para ver juntos los programas que parezcan de interés. Para facilitar a la familia esta tarea existen buenas publicaciones es donde se encuentran críticas sobre programas de televisión.
Ver la televisión con los hijos es un medio de descanso y un excelente medio educativo si se comenta luego el programa.
En la tarea de educar dar buen ejemplo es esencial. Los hijos se fijan en la importancia que los padres conceden a la televisión.
Mª LUISA BARCELÓ