Autor: Susana Villar Sanjurjo
Tengo un hijo de 13 años que apenas es responsable con sus estudios. Desde que tenía 6 años intento hacerle ver lo importante que es ser responsable en su trabajo, pero reacciona dos días y luego vuelve a dispersarse. Es un buen chico que intenta agradarme, pero al final vuelve a la ley del mínimo esfuerzo. El problema es que últimamente me desanimo y me pregunto hasta qué punto puedo yo inculcarle el sentido de la responsabilidad, ¿en un 10%, un 20%? ¿Vosotros que pensáis? Muchas gracias por todo lo que hacéis por nuestros hijos.
Esther. Murcia
Los 13 años no es precisamente el mejor momento para un chico, por lo que te recomiendo en primer lugar que tengas paciencia.
Lo primero que tendríamos que conseguir es que él quiera ser responsable, es decir, que descubra alguna ventaja en un comportamiento responsable. La responsabilidad no se ejerce solamente en los estudios, sino también en sus tareas o encargos en el hogar, en el cuidado de sus cosas, su ropa, sus aparatos, el material escolar, etc.
Se ve que tu hijo es bueno, ya que responde ante las llamadas a la reflexión, pero debemos dar un paso más: te sugiero que hagas pequeños tratos con él (no siempre explícitamente), que le propongas pequeños retos en el día a día. Puede ser que le pidas algún asunto que te facilite a ti, que te suponga una ayuda: que llame por teléfono buscando una información que te interesa; que se responsabilice de la cámara de fotos en un evento familiar (corriendo el riesgo de que quizá no sean las mejores fotos de vuestra vida).
También puedes sugerirle que solucione sus pequeñas necesidades: por ejemplo, comprar las pilas para su MP3 (o lo que maneje). A veces, tendemos a hacernos cargo de esas pequeñas cosas cuando son ellos los que pueden empezar a intervenir. Y nunca te olvides de alabarle, de reconocer que te está haciendo un gran favor. En lo que te he referido evita que surja de estas situaciones un conflicto, un reproche (“si nunca te pido nada” o frases similares).
En el estudio: de nuevo metas pequeñas. Sé consciente cada día de sus controles o exámenes y anímale siempre. Él debe notar que juegas en su equipo, no en el contrario.
Es importante que revises las condiciones de su estudio: ¿tiene acceso durante las horas de estudio al ordenador, Messenger, Play, MP3, televisión? Todo esto sólo debe estar asequible una vez que se ha terminado la tarea (y tampoco de manera indiscriminada).
Pero no olvides que puedes estar en el comienzo de una mala etapa, donde tengas que luchar con sus incoherencias, con que no sabe muy bien quién es y quién quiere ser y esto le desazona, mientras de cara a los demás toma una actitud desabrida.
Por supuesto, tú puedes inculcarle el sentido de responsabilidad, junto con el resto de la familia y la acción del colegio. ¡Trabaja en equipo!