Autor: padresycolegios.com
Soy madre de un chico con Síndrome de Asperger y creo muy conveniente tratar el tema, ya que estos chicos sufren de ansiedades, frustraciones, malos resultados y secuelas irreparables durante su periodo escolar por falta de conocimiento y tratamiento.
Mª CONCEPCIÓN CISNEROS
MÁLAGA
El Síndrome de Asperger (SA) se considera actualmente dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo y se caracteriza esencialmente por:
Dificultad para relacionarse con otras personas; pensamiento perseverante, impulsivo; interés extremo y absorbente por ciertos contenidos; actitudes perfeccionistas; dificultad para inhibir una respuesta inadecuada; dificultad para interpretar, comprender conductas o pensamientos de los demás (es lo que llamamos empatía), por lo que presentan dificultad para anticipar sus respuestas o simplemente para dar una respuesta adecuada a la situación y al interlocutor.
También presentan problemas para entender e interpretar las normas implícitas. Su nivel intelectual suele ser normal o superior, y mejor en lo verbal que en lo manipulativo y en lo motor, pero este aspecto puede solapar o llevarnos a infravalorar las dificultades y limitaciones que les acompañan en su vida diaria que no se evalúan en pruebas de inteligencia, como su capacidad de empatía, su juicio social, sentido común, su capacidad de negociar o de persuadir, etc., y que sí influyen en sus aprendizajes y rendimientos escolares.
Algunas características del SA repercuten en los rendimientos académicos y pueden llevar al fracaso escolar, sobre todo en la Secundaria.
Suelen ser niños muy perfeccionistas, lo cual llevar asociado una lentitud en la ejecución de las tareas; con dificultades atencionales, intereses y centros de interés restringidos, con la consiguiente desmotivación hacia el resto.
También presentan serias limitaciones a la hora de organizar tareas: no planifican bien el tiempo.
Falta de flexibilidad mental; dificultad para tomar decisiones.
Toleran mal los cambios
Dificultad para generalizar los aprendizajes a otras situaciones diferentes al contexto en el que lo han aprendido y dificultad para comprender conceptos abstractos.
¿Qué podemos hacer los padres para ayudarles?
1. Controlar los estímulos distractores.
2. Cuidar un clima de afecto y comprensión, donde se potencien relaciones positivas y se resalten sus intereses y capacidades para que se sientan valorados.
3. Conocer y describir las características y funcionamiento de la persona con SA para poder explicarlos y poner un orden de necesidades y de objetivos.
4. Apoyo y vigilancia en situaciones de interacción formales y no formales, para controlar bromas o burlas y para que el alumno afectado pueda tener un referente que le oriente y guíe. Hay que educar a los compañeros en el respeto y la comprensión del SA y analizar las conductas tanto del grupo como del niño con SA para adecuar la respuesta.
5. Anticiparles los cambios en la rutina, para que el niño pueda predecir. Es bueno también dividirle la tarea en pequeños pasos sucesivos.
6. Desde el ámbito escolar es necesario realizar adaptaciones como darles más tiempo para terminar sus tareas o hacerles preguntas cerradas para facilitarle la respuesta. A pesar de estas dificultades, el joven con SA que cursa estudios universitarios suele obtener buenos resultados.
PATRICIA GRANDE
LICENCIADA EN PEDAGOGÍA