Buenos días, tengo un hijo en cuarto de Primaria y está preparándose para las pruebas del Trinity, como ellos dicen. Estoy preocupada porque me ha dicho su profesora que tiene que soltarse a hablar en inglés para poder ir al examen.
Él es muy estudioso y saca buenos resultados, pero es tímido y le cuesta. Me gustaría que me dieran algunos consejos sobre qué debo hacer para ayudarle. No quiero que se quede fuera porque ya es una forma de dividir la clase entre «los que saben» y «los que no saben». Y si me permiten, también querría saber si esta prueba en concreto es obligatoria para todos los colegios adscritos a este programa o es voluntaria.
Creo que estamos generando gran estrés en los niños con tantas pruebas diagnósticas entre las propuestas por el Ministerio y por las diferentes comunidades… ¿Eso es acertado?
Empiezo por la pregunta con la que cierra usted su consulta. Generar estrés en un proceso de aprendizaje nunca es bueno. Y mucho menos si se trata del aprendizaje de una lengua extranjera, donde entran en juego una serie de factores que hacen que llegar a dominar un idioma resulte bastante más complejo que otros tipos de aprendizaje.
Las pruebas de inglés a la edad de su hijo deben tener un efecto motivador. Si el niño las ve como una pesada losa, es preferible prescindir de ellas. Dicho lo cual, si en el centro escolar se hace un planteamiento adecuado, ese tipo de pruebas suelen ser altamente motivadoras a esas edades. En tiempos dirigí un centro en el que, con esta filosofía, ofrecíamos a los padres la posibilidad de que sus hijos realizaran estas pruebas durante la Primaria: Trinity en los cursos impares y Cambridge en los pares.
Los exámenes de Trinity tienen el inconveniente –que para algunos niños puede ser ventaja– de que solo evalúan destrezas orales en una entrevista con el examinador. Los de Cambridge son mucho más completos y evalúan las cuatro destrezas lingüísticas: expresión y comprensión escrita, expresión y comprensión oral. Además, los exámenes de Cambridge dirigidos a niños (los llamados de Young Learners) tienen continuidad en títulos de prestigio reconocido a los que podrán presentarse con más edad (PET, First, Advanced, Proficiency).
Evidentemente, a nadie pueden obligar a presentarse a estos exámenes. En su caso, usted debe valorar con la profesora de su hijo la conveniencia o no de hacerlo. En principio, soy partidario. No obstante, y dado el nerviosismo general que parece estar empezando a cundir con este asunto del inglés, le diré lo que –citando una frase que un conocido grupo musical español hizo famosa en los ochenta– le digo a todo el que me pide consejo: “Ante todo, mucha calma”.
Gabriel Rodríguez Pazos.
Doctor en Filología Inglesa.