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Campamentos: su primer viaje sin los padres

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Por Eva R. Soler
Llega el verano y con él, el aluvión de ofertas de campamentos infantiles. Para que esta experiencia resulte positiva lo aconsejable es adquirir previamente información exhaustiva sobre las características del viaje, hacer partícipe al menor en la elección del mismo, considerar si es adecuado según su personalidad, trabajar nuestros miedos y temores para no transmitírselos a los niños y respetar las normas del viaje, entre otras cosas.

La psicóloga Amaya Gómez Calvo nos explica con detalle esta serie de claves:

1. La edad más adecuada: ¿Cuándo es la mejor edad para hacer un primer viaje sin papá y sin mamá? Gómez Calvo considera que no hay una edad determinada en este sentido, sino que dependerá, en cada caso, de la personalidad de cada niño y de las características concretas del viaje: “Hay niños muy independientes y extrovertidos y eso facilita la separación de su familia y de su casa para irse de viaje”, puntualiza. Por otra parte, en la información del viaje, suele venir especificado la edad recomendada para realizarlo: “Sin embargo, aunque el centro escolar o el grupo de scout organice un viaje y recomiende una edad, es necesario preguntar al niño y que sea él que decida si desea o no desea ir de viaje”, aconseja la psicóloga y añade que “muchas veces los niños tienen la edad recomendada para viajar pero no se encuentran preparados psicológicamente para afrontar un viaje que les aleje de su entorno familiar”.
2. Duración del viaje: también dependerá de la personalidad del menor y no tanto de la edad. Hay desde estancias para menores de fines de semana (tipo acampada) hasta campamentos de semanas o quincenas. “Si tu hijo es introvertido y le cuesta separarse de la familia, es recomendable que pruebe con un viaje más corto, de fin de semana, por ejemplo, y luego vaya realizando paulatinamente viajes más largos de una semana hasta realizar uno que cubra una quincena. Sin embargo, hay menores más autónomos y menos dependientes de la familia que, desde edades tempranas, pueden pasar quincenas fuera de casa”, sostiene esta experta.
3. Hacer partícipe al o a la menor en la elección del tipo de viaje y su temática: Al fin y al cabo, él va a ser el protagonista de su primera experiencia de viajar solo (o sola) y necesita conocer cuáles son las características del viaje. Esto le ayudará a implicarse desde el primer momento en todas las fases: elección del tipo de viaje o campamento, implicación en los preparativos, despedida adecuada de la familia, normas del viaje: (¿puedo hablar con mi familia? ¿no puedo hablar con mi familia? ¿Puedo escribirles? ¿Van a venir a visitarme en mi estancia fuera de casa?), despedida del viaje y regreso con su familia.

«No hay una edad determinada en este sentido, sino que dependerá, en cada caso, de la personalidad de cada niño y de las características concretas del viaje»

4. Qué hacer si muestra un rechazo total: Nunca se debe obligar a ir de viaje a un niño que no quiere ir o no se encuentra preparado. Habrá que prepararle para la siguiente ocasión: “Ante un rechazo total lo que tenemos que hacer es no obligarle a ir de viaje y trabajar con él desde casa un fomento de su autonomía e independencia”.

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5. Los padres también tienen que estar preparados: Las madres y padres siempre transmitimos a nuestros hijos nuestros sentimientos y si no estamos convencidos de que se vayan de viaje y tenemos nuestros propios miedos, los hijos lo van a percibir. Es importante que los progenitores se informen previamente de todas las características del viaje: número de participantes, número de monitores/as por alumno/a, normas del viaje, urgencias que pueden surgir y manera de proceder de los responsables. Por otra parte, también es adecuado que padres y madres trabajen su nerviosismo y su miedo antes del viaje, para no transmitírselo al menor y perjudicar de esta forma su primera experiencia de viajar solos. Para transmitir positivismo, motivación y ganas de participar, los padres y madres pueden recordar los primeros viajes que hicieron ellos de niños y como se sintieron (si su experiencia fue agradable, claro), aconseja Amaya.

 

6. Con amigos y amigas siempre es más fácil: “En cualquier caso, siempre es recomendable para el primer viaje sin sus padres, que el menor viaje junto a sus compañeros de clase o con alguno de sus amigos. Así le resultará todo más fácil, agradable y divertido”, añade.

 

7. Respetar las normas del viaje: Gómez Calvo también considera muy importante que las familias respeten el ritmo de funcionamiento del viaje y las normas: que no llamen cuando no proceda o que no realicen visitas si no están estipuladas. Es importante cuidar las normas y el funcionamiento del viaje, insiste: “No hay que llamar al menor fuera de las horas previstas o visitarlo en momentos que no procedan para calmar nervios o preocupación, puesto que exponemos al menor a una situación controvertida en la que lo suele pasar mal”. Sí es recomendable mantener previamente reuniones con los organizadores del viaje para informarse de todos los aspectos del mismo. Esto ayuda a tranquilizar a los padres preocupados y a calmar la ansiedad y de esta forma, se puede evitar transmitírsela a los niños. “Los padres y madres somos el modelo y guía de nuestros hijos y debemos ser muy cuidadosos con lo que les transmitimos. Si nos bloquea nuestra ansiedad y miedo a la hora de permitir viajar solo a nuestro hijo, tal vez debemos trabajar para superarlo y evitar de esta forma, obstaculizar su desarrollo y crecimiento psicológico sano.

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