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Dislexia en niños: un problema de aprendizaje, no una enfermedad

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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El niño disléxico debe poner tanto esfuerzo en las tareas de lectoescritura que tiende a fatigarse, a perder la concentración, a distraerse y a rechazarlas

 

Por Olga Fernández

Se estima que el 20% de la población vive con dislexia, una dificultad específica en el aprendizaje, pero no una enfermedad ni una malformación. “Un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún problema físico, psíquico ni sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo”, define DISFAM, la Asociación Española de Dislexia y Familia que está integrada por familias con hijos con dislexia, adultos disléxicos y profesionales de diferentes ámbitos.

La investigadora Luz Rello, que busca cómo solucionar la dislexia, un trastorno que ella misma padece y que no le ha impedido doctorarse en Informática, pone especial énfasis en denominarlo “problema de aprendizaje”: “Llamarlo “enfermedad” sería asumir que requiere de una cura y que supone algo patológico. Todavía hay mucha incertidumbre sobre el origen de la dislexia y muchos investigadores sugieren que se trata de un cerebro diferente, no de un cerebro que tiene un handicap. Los principales manuales diagnósticos, como es el DSM-V, lo define como un “patrón de dificultades del aprendizaje que se caracteriza por problemas con el reconocimiento de palabras en forma precisa o fluida, deletrear mal y poca capacidad ortográfica”.

Claves del diagnóstico

El problema afecta al proceso de aprendizaje y se encuentra detrás de muchos casos de fracaso escolar. “El principal problema que tiene la dislexia es que no es compatible con nuestro sistema educativo, pues dentro de este, todos los aprendizajes se realizan a través del código escrito, por lo cuál el niño disléxico no puede asimilar ciertos contenidos de materias, como Conocimiento del Medio, porque no es capaz de llegar a su significado a través de la lectura”, se afirma desde DISFAM. Una dificultad que Luis (10 años) conoce bien: “Me da mucha rabia que se me olviden las cosas, siempre me dejo algún libro o la chaqueta cuando me voy a casa, y muchas veces no me acuerdo de apuntar lo que nos dice la profesora en la agenda. Cuando salgo a la pizarra me pongo muy nervioso, porque veo las letras diferentes, algunas las coloco al revés, algunas me las cómo y otras es como si flotaran. Cuando leo en voz alta invento palabras y me salto los renglones. En casa tardo mucho para hacer los deberes y cuando hago el cálculo, por mucho que me empeñe, no me acuerdo de las tablas”.

La sintomatología es muy diversa. Desde la Federación Española de la Dislexia (FEDIS) ofrecen una serie de características que orientan a los padres y educadores a sospechar del problema: en la lectura, el niño confunde letras, cambia sílabas, y sustituye unas palabras por otras, lee sin comprender y al leer presenta repeticiones, omisiones /adiciones de letras o palabras; en la escritura y ortografía, tiene problemas al escribir y en el copiado: hace inversiones, omisiones, adiciones y/o sustituciones de letras y palabras. A menudo la escritura varía pudiendo ser ilegible en algunos momentos. Su ortografía es fonética e inconstante; cometiendo a menudo errores ortográficos. Incluso la manera de tomar el lápiz es diferente, haciendo demasiada presión sobre el papel.

Existen test de cribado para detectar la dislexia, pero tal como señala Luz Rello, “el diagnóstico diferencial solo lo puede realizar un profesional pues hay que medir otros parámetros como el CI o la atención”. Esta investigadora ha creado Dytective, un test que permite cribar el riesgo de dislexia en 15 minutos usando inteligencia artificial, se puede usar a partir de 7 años y es gratuito. También existe la segunda parte, DytectiveU, que contiene 40.000 retos/ejercicios integrados en un videojuego que ayudan a mejorar las habilidades de lectoescritura. Es un juego de ordenador que mejora los síntomas de la dislexia, de manera divertida y sin necesidad de supervisión. El precio de la parte premium de la herramienta (con ejercicios de apoyo) es de 16,5 euros mes, “con ese precio mantenemos el test siempre gratuito y otorgamos becas a las personas que no se lo pueden permitir”.

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Adaptar el aprendizaje al niño con dislexia

La Asociación Española de Dislexia y Familia ofrece una serie de recomendaciones para adaptar el trabajo escolar al niño con dislexia.

-Elaborar un “Taller de Normalización”, para poder explicar en el aula de una forma positiva, en que consiste su dificultad especifica de aprendizaje. El objetivo es empoderar al alumno y poder trabajar la empatía con el resto del grupo, así como evitar malos entendidos y el acoso escolar.

-Permitir el uso del ordenador, así como programas o aplicaciones informáticas especificas (lectores, corrector ortográfico, grabadora, traductor…).

-Respetar la decisión del alumno a la hora de la lectura en voz alta.

-Asegurarnos que ha habido una buena comprensión antes de empezar cualquier tarea.

-Permitir más tiempo a la hora de elaborarlos trabajos o reducir la cantidad.

-Evitar la corrección en rojo.

-Evitar la corrección sistemática de todas las faltas de ortografía.

-Evaluar todas las tareas en función del contenido.

-Permitir el uso de la calculadora y del diccionario.

-Poder elegir el tipo de papel (cuadros, rayas, en blanco…).

-Poder utilizar letra ligada o mayúsculas.

-Poder llevar a cabo tareas, a nivel oral, con mapas mentales o esquemas, programas informáticos…

-Los deberes deben estar adaptados en cantidad y en forma.

-Evitar la copia innecesaria de información de libros de texto.

-Adecuar los libros de lectura a su nivel lector.

-Permitir el poder escribir, subrayar o dibujaren los libros de texto.

-Evitar la copia de la pizarra.

-Dar a conocer las fechas de entrega de trabajos y exámenes con antelación.

-Potenciar una metodología multisensorial en el aula.

-Trabajar los diferentes contenidos de las materias con el apoyo de recursos audiovisuales.

-Revisar el uso de la agenda, como herramienta, poder buscar opciones alternativas.

-Poder llevar a cabo dictados preparados.

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