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Escuela de padres 3.0: Bullying, señales de acoso escolar

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Para algunos niños, ir a la escuela se convierte en una auténtica tortura. A su alrededor todo son burlas, amenazas y aislamiento. Y si cuentan lo que está sucediendo o se defienden, todavía puede ser peor. En el presente artículo nos gustaría explicar de la manera más detallada posible a qué nos referimos cuando hablamos de acoso escolar o bullying, ya que se trata de un problema demasiado importante y delicado como para que utilicemos este término a la ligera y desde el desconocimiento.

 

Por Marta Prado Bullido y Óscar González

 

El bullying consiste en cualquier forma de maltrato intencionado y repetido, ejercido por uno o más estudiantes contra otro u otros compañeros. Suele tener lugar en el aula (cambios de clase), en el patio (en las zonas no vigiladas), servicios o baños, autobús escolar, etc., pero puede darse también en otros contextos: actividades extraescolares, deportivas…

El acoso suele desencadenarse sin causa aparente o por algún hecho insignificante: cometer un error en clase, sacar una nota muy alta o muy baja, el aspecto físico… Entonces, ¿qué nos indica que se trata de acoso escolar? Estos son los indicadores clave:

  • Intencionalidad: existe la intención de hacer daño (físico, verbal y/o psicológico). Hay un propósito, un deseo de sometimiento y dominación por parte del agresor.
  • Repetición: no se trata de una agresión esporádica, sino que tiene continuidad en el tiempo de forma reiterada.
  • Desequilibro de poder: hay una desproporción de poder entre víctima y acosador (de fuerza física, popularidad, etc.).
  • Vulnerabilidad de la víctima: existen factores personales, sociales y estructurales que incrementan dicha vulnerabilidad (baja autoestima, falta de recursos propios para defenderse, aislamiento social, etc.).
  • Falta de apoyo por parte del acosado, ya que siente apartado y despavorido por temor a represalias.

Debemos ser muy cautos; no podemos hablar de acoso escolar por un desencuentro puntual con un compañero o por una pelea en la que se haya visto envuelto. Eso no es acoso escolar.

Tenemos que estar alerta ante cualquier pequeño detalle que haga disparar nuestras alarmas y ponernos en marcha activando la actuación ante un posible caso de bullying. Para ello, debemos hablar y comunicarnos frecuentemente con nuestro hijo y observar su actitud y reacciones. Hay que recordar que tan solo el 15% de las víctimas de bullying lo confiesan a sus familiares, de ahí la importancia de que madres, padres y docentes estemos atentos a las señales.

Estas son algunas que deberían hacer “saltar nuestras alarmas”:

  • Se queja con frecuencia de que se meten con él, le hacen la vida imposible o le pegan.
  • No quiere ir al colegio de manera continuada y pone excusas para faltar.
  • Explica o justifica la pérdida diaria de material escolar.
  • Llega a casa con la ropa rasgada, moratones o heridas y trata de justificarlas con frecuencia.

Por otra parte, hay otros signos no tan evidentes:

  • Baja su rendimiento escolar sin causa aparente.
  • Deja de mostrar interés por actividades y amigos que hasta el momento lo eran.
  • Presenta cambios bruscos de humor.
  • Manifiesta comportamientos de etapas anteriores.

 

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Uno de cada cinco

En la primera fase de detección, el centro educativo tiene una gran responsabilidad y puede identificar un caso de bullying a través de “pistas” que pueden ayudar a su detección. Veamos algunos ejemplos:

  • No dejan jugar al niño o lo aíslan socialmente.
  • Le insultan o le gritan.
  • Cuentan mentiras sobre él y hacen correr la voz.
  • Utilizan motes para llamarle.

Por consiguiente, tener en cuenta todo lo que hemos mencionado en el presente artículo y, sobre todo, abordar y tratar el tema con la seriedad, respeto e importancia que merece, es el primer paso para identificar un caso de acoso. Una vez identificado, estaremos en el camino de darle solución. España es el cuarto país de Europa con el índice más alto en acoso escolar. Uno de cada cinco alumnos escolarizados sufre acoso en nuestro país. El 85% de las víctimas no lo confiesa a sus familiares.

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