Este mes queremos hablarte de seis cosas que los niños necesitan de sus padres para que la disciplina sea respetuosa y efectiva.
Por Marta Prado Bullido y Óscar González
De la misma forma que los cimientos de un edificio precisan de una base firme y segura, para que la educación sea efectiva los cimientos de la relación deben ser firmes y fruto de un trabajo paciente. La mayoría de los 6 ingredientes que vamos a compartir contigo requieren tiempo y presencia. No se trata de corregir al niño y ya está sino de una construcción del vínculo con él de manera gradual.
Veamos estos seis ingredientes:
1. Tiempo. Los niños pequeños necesitan pasar tiempo junto a sus padres. Cuando los padres carecemos de tiempo, deseamos pasar el que tenemos con nuestros hijos de forma agradable, no enfadándonos los unos con los otros. Sin embargo, es preferible la cantidad a la calidad (aunque siempre se nos dice lo contrario). En el caso de no disponer de tiempo lo importante es que sepamos aprovechar el poco que tenemos y sobre todo no añadir sentimiento de culpa.
2. Atención. Reconoce que la atención es una necesidad básica y tus hijos recibirán con los brazos abiertos todo lo que se les dé. Tanto la atención negativa (gritos, enfados, castigos…) como la positiva (contacto visual, elogio, sonrisas…) Pon tu limitada energía en la atención positiva.
3. Orientación. A nadie le gusta ser corregido; necesitamos que alguien nos enseñe a mejorar de forma amable, positiva y respetuosa.
4. Amabilidad. Cómo decimos las cosas es a menudo más importante que aquello que decimos. Nuestros hijos precisan calidez, comprensión y firmeza. Recuerda que estos atributos no son mutuamente excluibles.
5. Escucha. Todos los seres humanos, tengan la edad que tengan, bien sea 2 años o 99, quieren ser escuchados y valorados. No sólo sus palabras, sino también sus emociones, opiniones, valores, etc. Cuando un niño se siente escuchado es más propenso a escuchar también a sus padres.
6.Cuidarse a uno mismo. Una buena relación padres-hijos y una buena disciplina empieza con unos padres que se sienten bien consigo mismos. Comer, descansar, hacer cosas especiales, tener tiempo para uno mismo… son grandes inversiones para cuidar de tu hijo. No las dejes pasar y enfócate en ellas.