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Homeschooling: Educados en casa

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Un estudio afirma que, en contra de la creencia habitual, los niños educados en casa no aprenden peor que los educados en la escuela sino simplemente lo hacen de una manera diferente. En cambio, algunos educadores insisten en que puede conllevar problemas de socialización.

Por Ana Veiga

“Los niños no necesitan la escuela. El colegio no habilita a un niño para leer; son aprendices naturales”, afirma rotunda la doctora Paula Rothermel, psicóloga y entonces investigadora de la Universidad de Durham (Gran Bretaña). Ella es la autora del estudio El bienestar psicológico de los niños educados en casa o homeschooling (2002), en el que saca una conclusión principal: los niños educados en casa sí tienen buena salud mental.

Un aprendizaje distinto

La confirmación de que los homeschoolers o niños educados en casa tienen su salud psicológica a salvo parece una frase un tanto exagerada, como si resultara extraño tener que confirmar eso. Sin embargo, se trata de un dato importante ya que es la crítica más común sobre esta opción educativa; algunos expertos se muestran preocupados por que estos niños puedan presentar futuros problemas en sus destrezas sociales.

En su estudio, la investigadora presentó el primer informe realizado en el Reino Unido a niños y familias homeschoolers –educadores en casa-, utilizando metodologías diversas y una muestra de más de 80 casos de 9 a 11 años. Los resultados mostraron además que el 64% de los niños educados en casa en obtuvieron puntuaciones por encima del 75% de sus compañeros en las evaluaciones.

Esta investigación empleó dos instrumentos de calificación: la Escala de Rutter Revisada (RRS) y el Cuestionario de Fortalezas y Dificultades de Goodman (SDQ). El estudio actual formó parte de una encuesta más amplia de 419 familias educadoras en el hogar en el Reino Unido que representan a 1.099 niños.

“No creo que se pueda decir que la escuela es mejor o que educar en casa es mejor, simplemente en casa aprende diferentes cosas y de forma diferente”

Las familias participantes recibieron una encuesta creada teniendo en cuenta los instrumentos citados. Además, se hicieron evaluaciones educativas y psicológicas de los niños educados en el hogar y se hicieron entrevistas a 100 familias homeschooler.

¿Los resultados? Mientras que el RRS y SDQ ‘Total Dificultades de Puntaje’ fueron consistentes en encontrar que los niños no exhibieron problemas de comportamiento, hubo una discrepancia en las escalas prosociales – es decir, en la medición de toda conducta social positiva con o sin motivación altruísta-. En un examen más detallado, se observó que las diferencias se debían a que el RRS y el SDQ definían los niños de manera muy diferente.

Como extra, Rothermel llegó a tomar documentos anteriores como marco referencial y contexto, como fue el caso de un estudio de Shyers, donde este mantenía que los niños educados en casa tenían mejor control de sus emociones. Pero tras tratar de replicar sus resultados, retiró su mención al confirmar que el investigador no había realizado correctamente el experimento.

¿En casa o fuera?

Por tanto, ¿es el homeschooling la mejor opción? “No creo que se pueda decir que la escuela es mejor o que educar en casa es mejor, simplemente en casa aprende diferentes cosas y de forma diferente”, comenta Rothermel, que insiste en que el aprendizaje es “motivacional”, es decir, es más importante generar ganas de aprender que enseñar. Considera que “la decisión debe depender de lo mejor para cada niño y de lo que cada niño quiera hacer”, insiste. Y no solo sabe de lo que habla sino que lo ha puesto en práctica con sus cuatro hijos en Reino Unido y después con su mudanza a Suiza, donde la edad de escolarización es de los 7 años a los 21 años – de hecho, hasta el año 2017, el colegio se empezaba normalmente con 8 años-.

Su hija mayor fue por primera vez al colegio cuando tenía 13 años; ahora tiene 23 y acaba de empezar la Universidad. El segundo hijo empezó a los 8 años justo al mudarse a Suiza y tras 5 años de enseñanza en casa mientra vivían en Reino Unido. El tercero ha tenido sólo un año de homeschooling a los 13 años. Y el cuarto hijo fue al colegio de 8 a 9 años, estuvo en casa hasta los 13 y luego volvió al colegio.

Insiste en escuchar. Esa escucha fue la que hizo que su hija se apuntara al colegio con 13 años. “Un día se levantó y dijo ‘me gustaría ir al colegio’. Antes de eso, no sabía alemán –idioma oficial del cantón suizo en que viven ahora-, no leía ni había escrito nunca -y menos en una hoja en línea recta- porque en casa no trabajábamos con libros. Tras seis meses en la escuela, ya había aprendido alemán y hecho los exámenes oficiales”, comenta. Y admite que este semestre de adaptación no es único de su hija sino que es el tiempo habitual que tardan los niños en hacerse al ritmo –e idioma de clase. Los niños son pequeños genios que pueden hacer mucho más de lo que creemos. Pero, “hemos perdido la experiencia del sentido común, la confianza en nosotros mismos, la fe. La escolarización y las profesiones educativas se han convertido en una ciencia y hay una industria que se ha creado alrededor de esto. Olvidamos que realmente los niños no lo necesitan; al menos no cuando son aún muy jóvenes”.

En la postura opuesta se instala Rafael Feito, Doctor en Sociología por la Universidad Complutense. Una de las pocas ventajas que ve en el homeschooling es la posibilidad de tener un programa educativo a la medida de las necesidades del niño. Pero sigue sin ser suficiente para estar a favor. “Es una opción poco aconsejable porque no solo se trata de aprender conocimientos sino también de las habilidades sociales y emocionales, que no se pueden adquirir en la familia”.

Si por él fuera, ampliaría la escolarización de 0 a 3 años. “Cuanto antes se escolaricen, mejor. Para conocer entornos distintos, ayudar a convivir y reducir desigualdades”. El sociólogo hace referencia a la conciliación intrínseca a la idea del homeschooling. Para educar en casa, el padre o madre tienen que estar en casa. Y no todas las familias pueden permitirse que uno de los dos no trabaje o contratar un profesor a domicilio. “En EEUU no hay una escolarización temprana estandarizada y es una de las causas de las desigualdades.

“Hemos perdido la experiencia del sentido común, la confianza en nosotros mismos, la fe. La escolarización y las profesiones educativas se han convertido en una ciencia y hay una industria que se ha creado alrededor de esto. Olvidamos que realmente los niños no lo necesitan; al menos no cuando son aún muy jóvenes”

En cambio para Rothermel, no tiene por qué ser así. A pesar de que en Suiza la conciliación se consigue porque muchas mujeres optan por quedarse en casa, cree que la posibilidad de la conciliación para el homeschooling, “no debe depender solo de la familia sino del Estado y de cómo ayuda a que esto sea posible”. En Suiza, por ejemplo, reciben 350 euros al mes por cada hijo, lo que “permite tener a uno de los progenitores en casa o a los dos a media jornada”.

El sociólogo concuerda con que puede haber casos –por evitar bullying, por dar una Educación con cariz religioso, por descontento con el sistema educativo…- en que el homeschooling puede ser una opción apropiada. Sin embargo, opina que “en principio no es una opción recomendable porque la escuela hace sociedad”.

«El homeschooling no debe depender solo de la familia sino del Estado y de cómo ayuda a que esto sea posible”

España: 4.000 familias en un vacío legal

En España no es fácil lanzarse al mundo de la educación en casa. Ni siquiera es sencillo tomar la decisión de planteárselo en España. No solo es una opción poco extendida -4.000 familias españolas han escogido educar en casa según estima en su web la asociación Homeschooling Spains sino porque lo cierto es que en España el homeschooling está en un limbo legal. No, no es ilegal; pero sí alegal.

La Ley Orgánica de Educación no especifíca que no se pueda educar en casa. Solo dice que los niños y niñas deben estar escolarizados obligatoriamente de los 6 a los 16 años. No obstante, hay sentencias precedentes que han admitido la educación en casa como opción plausible y válida. Por ejemplo, a raíz de un par de casos en Málaga, el Tribunal Constitucional resolvió (2010) que la «invocada facultad de los padres de elegir para sus hijos una educación ajena al sistema de escolarización obligatoria por motivos de orden pedagógico no está comprendida en ninguna de las libertades constitucionales».

Cuando Rothermel conoce la todavía poca popularidad del homeschooling en España,reconoce que puede resultar más difícil optar por esto aquí porque “los niños no tienen cerca a otros niños en esa situación”. Aún así, anima a intentarlo y dejar los miedos a un lado porque hay más formas de aprender y de socializarse que en el colegio: apuntarse a natación, atletismo o cualquier otra actividad puede ayudar a los homeschoolers a conocer a iguales sin necesidad de rendirse a la normalidad educativa de la escolarización.

4.000 familias españolas han escogido educar en casa según estima en su web la asociación Homeschooling Spains. Y lo cierto es que en España el homeschooling está en un limbo legal. No, no es ilegal; pero sí alegal.

Quizá una muestra del aumento del interés por el homeschooling en nuestro país es la publicación en 2012 de la primera tesis sobre el tema: Homeschooling en España: descripción y análisis del fenómeno, del profesor Carlos Cabo. A esto se suma la aparición de organizaciones como Homeschooling Spain, Asociación por la Libre Educación (ALE) o la Plataforma para la Libertad Educativa.

“La escuela que tenemos dice un tamaño sirve para todo el mundo, está muy estandarizada. Y sí creo que este es un serio problema. El homeschoolingen España es minoritario pero esa cifra nos interroga. Debemos pensar por qué hay familias que no quieren escolarizar a sus hijos”, barrunta Feito.

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