fbpx

Lucía Galán: “Todos los padres compartimos los mismos miedos, nos dediquemos a lo que nos dediquemos”

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
0

Por Diana Oliver

 

La pediatra Lucía Galán, reconocida con el premio a la Mejor Divulgadora de España por la Organización Médica Colegial, ha publicado El gran libro de Lucía, mi pediatra (Planeta, 2020), un libro con el que trata de acompañar a las familias desde el nacimiento de sus hijos hasta la adolescencia, respondiendo a todas las dudas que, seguro, van a aparecer en este periodo vital.

 

En 2018 recibiste el Premio a la Mejor Divulgadora de España por la Organización Médica Colegial y el Premio Bitácoras al mejor blog de salud e innovación científica en 2015. ¿Qué aptitudes y requisitos crees que son importantes para ser una buena divulgadora en salud?

Para ser divulgador has de conocer profundamente los temas que abordas desde la evidencia científica, la experiencia profesional y personal y el rigor. Es clave hacerlo desde el conocimiento y el compromiso por lo que haces y desde la responsabilidad que supone que cientos de miles de personas te leen y te escuchan. Así que considero que es importante resaltar que una cosa son opiniones personales y otra muy diferente es trasladar lo que la evidencia científica nos muestra en un tema concreto abordándolo con un lenguaje sencillo y comprensible por cualquiera que te lea, se dedique a lo que se dedique, referenciando siempre las fuentes oficiales y avaladas de las que extraes tus contenidos.

 

¿Qué piensas sobre los conflictos de interés en divulgación? ¿Se deben combatir y denunciar de forma mucho más clara en favor de la credibilidad?

Cada vez hay más empresas comprometidas con la divulgación y con aportar contenidos de valor de manos de divulgadores y profesionales con dilatada experiencia en el sector y en este aspecto no le encuentro inconveniente siempre y cuando el divulgador así lo comunique y por supuesto, y por encima de todo, todo lo que el divulgador exponga esté avalado por instituciones científicas de reconocido prestigio. El rigor científico es la clave.

 

Libros, blogs, medios de comunicación y redes sociales. ¿Estamos viviendo un momento de democratización de la divulgación? ¿Qué ha mejorado con respecto a la divulgación tradicional?

Hoy en día el lector decide a quién sigue, a quién lee, a quién escucha, qué libros compra o a qué profesionales consulta. Y esto es fantástico. Lo más importante de todo es que en los últimos años estos contenidos en salud se han profesionalizado, es decir, son los profesionales sanitarios los que se comprometen en divulgar y no personas ajenas al sector que no conocen de primera mano los temas que muchas veces se abordan. En este sentido creo que hemos ganado.

 

El gran libro de Lucía, mi pediatra recoge todo lo que unos padres recientes se pueden preguntar acerca de cuestiones de salud y cuidado infantil, desde el nacimiento hasta la adolescencia incluida. ¿Dirías que todos nos acabamos haciendo las mismas preguntas y transitando los mismos lugares en la crianza y la educación de los hijos?

Sí. Todos hacemos viajes muy similares, todos paramos en las mismas estaciones y tenemos emociones muy parecidas, pero en tiempos distintos. Todos los padres compartimos los mismos miedos, nos dediquemos a lo que nos dediquemos: el miedo a que uno de nuestros hijos enferme, miedo al dolor, a la muerte, miedo a los accidentes infantiles, dudas sobre la alimentación, sobre el cáncer en la infancia o la adolescencia, cómo abordar los temas de sexo con nuestros hijos, por qué a los 3 años tienen estas rabietas y en la adolescencia parece que no reconozca a mi hijo… Son cuestiones que se repiten en mi día a día, tanto en mi consulta como en mi casa.

 

¿Estamos sometidos a un exceso de información?

Que haya mucha información no es malo, que la información no sea veraz o rigurosa sí lo es. Ahí es donde está el problema, en que no todo lo que leemos es verdad. Hay mucho sensacionalismo, fake news y gente que lo único que desea es perjudicar. Por lo que los padres de hoy en día no lo tienen tan fácil a la hora de discernir una fuente fiable de la que no lo es o una noticia que claramente es un bulo de la que no lo es. Por eso quise escribir este libro, para poner los puntos sobre las íes en cuanto a: ¿Qué tiene mi hijo? ¿Cómo puedo ayudarlo? ¿Cuándo estar tranquilo? ¿Y cuándo consultar con el profesional? Información clara, concisa y rigurosa para que los padres ganen en confianza y tranquilidad.

 

Aunque podamos saber más, supongo que también nos equivocamos y que debemos darnos permiso para equivocarnos, ¿no?

Debemos porque nos equivocamos y no pasa nada. No somos perfectos, nuestros hijos tampoco lo son. Errar es humano y no por ello la culpa nos debe de devorar. No he conocido en la vida a una madre o a un padre perfecto, y de hecho considero saludable criar a nuestros hijos en esa vida imperfecta con padres imperfectos que cometemos errores, que nos disculpamos cuando metemos la pata, que no llegamos a todo, que tenemos días muy buenos pero días muy malos también, que querer no es siempre poder, que el que la sigue no siempre la consigue… Eduquemos a nuestros hijos en una vida real formada por personas reales.

 

Recoges en el libro que la fiebre, los mocos, la tos, los vómitos y la diarrea son las causas más frecuentes de consulta. ¿Nos preocupamos “demasiado” por la salud de nuestros hijos? Lo pregunto porque no sé si el miedo nos hace acudir a urgencias con más frecuencia de lo que deberíamos…

Sí. El principal motivo de consulta en urgencias no es la fiebre es el miedo a que mi hijo le pase algo grave. Y vivir toda la infancia de tus hijos con ese miedo es una pena. De hecho el motivo que me llevó a escribir este libro fue leer los miles de comentarios de mis lectores y seguidores dándome las gracias por la tranquilidad que habían ganado tras leer mis artículos del blog o mis libros. Creo que vivir la infancia y adolescencia de tu hijo desde ese lugar, desde el conocimiento y desde la calma, es el mejor de los regalos.

 

Las revisiones del niño sano, ¿crees que son positivas y un avance o, por el contrario, una forma de añadir preocupación y dudas a las familias?

Son positivas, son muy positivas. No hace falta que el niño esté enfermo para que a las familias les surjan infinidad de dudas y temores. Además en las revisiones de niño sano se diagnostican diariamente problemas que pueden ser importantes: una catarata congénita en un recién nacido, un retinoblastoma en un bebé de 3 meses que puede poner en peligro su vida, una displasia evolutiva de caderas a la que si no le pones tratamiento a tiempo puede conllevar secuelas graves en esa articulación, un estrabismo, una cardiopatía, una anemia que sea la punta del iceberg de algún problema mayor, una escoliosis, una masa abdominal, una masa testicular en un adolescente, un trastorno del espectro autista, una craneosinostosis que necesita intervención quirúrgica de su cráneo antes del primer año de vida… Son cosas que todos los pediatras con unos cuantos años de experiencia nos hemos encontrado en revisiones de “niño sano”.

 

0
Comentarios