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Nomofobia: miedo irracional a no tener el móvil

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Si tu hijo se irrita cuando falla la conexión a Internet, duerme menos horas por estar conectado al móvil, e incluso miente sobre el tiempo que ha estado navegando en la red, debes revisar el uso que hace de las nuevas tecnologías, ya que puede ser adicto a las mismas.

 

Por Olga Fernández

 

La Nomofobia (No Mobile Phone Phobia) es un término que surge en 2011 a partir de un estudio realizado en Reino Unido en el que se detecta que más de la mitad de la población sentía malestar cuando no tenía acceso al teléfono móvil. “Actualmente se utiliza como sinónimo de adicción al teléfono móvil y es un motivo de consulta frecuente en los centros de psicología, sobre todo entre la población infantojuvenil”, indica Fabián Cardell Muñoz, terapeuta de la Unidad Clínica de Psicología de la Universidad Pontificia de Comillas (Uninpsi) y especialista en adicciones tecnológicas.

“Aunque es un término que no aparece en las clasificaciones internacionales de diagnóstico de enfermedades, sí existe en los adolescentes una dependencia de las redes, de manera que cuando no están conectados o no pueden hacer uso de los dispositivos móviles muestran síntomas de abstinencia: irritabilidad, sensación de malestar e inquietud”, apunta la doctora Marina Díaz Marsá, jefa de Sección del Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. Los niños más propensos son los que pasan mucho tiempo solos en casa, “ya que van a tender a lo más fácil: utilizar el ordenador que les proporciona una satisfacción inmediata”, explica. Según esta experta, quienes pasan más tiempo en las redes sociales y en más de una red social tienen más riesgo de padecer trastornos de ansiedad y de depresión. Además, a nivel académico “presentan dificultad para mantener la atención a largo plazo y también les cuesta más trabajo leer y estudiar”, detalla Marina Díaz.

 

Más frecuente en adolescentes

La adolescencia es una etapa de búsqueda de emociones fuertes y novedosas, en las que todo se vive de manera extrema, tanto las sensaciones de placer y recompensa, como las frustraciones. “Nuestros jóvenes se sienten muy atraídos por toda actividad que produzca niveles altos de excitación a niveles bajos de esfuerzo. Y es en ese contexto en el que YouTube, redes sociales y videojuegos encajan perfectamente. Por otro lado, nos encontramos ante una etapa en la que lo más importante para ellos y su autoestima ya no son sus padres, sino sus iguales. Y la relación con éstos es absolutamente prioritaria. Cualquier medio que les permita comunicarse de forma inmediata y tener feedback de su grupo, como Whatsapp, Instagram o Tik Tok, será un reforzador tremendamente potente. Esto quiere decir que trataran de repetir la experiencia de conectarse una y otra vez porque les hace sentir muy bien”, explica Fabián Cardell.

¿Cómo saber si es adicto al móvil? “La primera consecuencia de una adicción tecnológica (y también de otros problemas emocionales) es la disminución del rendimiento académico. Y esto se debe a que existe una dificultad real para dejar de estar conectado. A más dependencia del móvil, menos tiempo para dormir o dedicarse a estudiar. Va a ser fundamental ayudar a nuestros hijos a gestionar su uso de la tecnología, desde el cariño pero con límites claros”, señala este especialista en adicciones tecnológicas.

Los expertos recomiendan que antes de los 2-3 años los niños no deben tener contacto con las pantallas. Pero, ¿cuándo pueden introducirse en las nuevas tecnologías? “Más importante que el cuándo sería el cómo. Va a ser fundamental darles pautas y normas de actuación, acompañarles en el proceso de aprendizaje. No recomiendo introducir el uso de los teléfonos móviles en la adolescencia, ya que se trata de un grupo especialmente vulnerable y podría desarrollar problemas de adicción o algún otro peligro asociado a las nuevas tecnologías”, advierte Cardell.

 

Cómo desengancharse del móvil

Las nuevas tecnologías y el móvil entre ellas, no son perjudiciales o peligrosas, al revés, pueden ser muy positivas y contribuir al desarrollo neurológico, cognitivo y emocional de nuestros hijos. “A diferencia de otras adicciones, en las tecnológicas, no vamos a buscar la abstinencia total (salvo en algunos casos extremos). Trataremos de que aprendan a tener un uso saludable y adaptativo”, recomienda Fabián Cardell Muñoz, especialista en adicciones tecnológicas.

Para esto, se pueden aplicar varias pautas:

  1. Establecer horarios de uso para el móvil (importante fijar una hora para apagarlo por la noche antes de acostarse).
  2. Acordar situaciones en las que el móvil no se va a utilizar, como por ejemplo en reuniones familiares, comidas, mientras se camina por la calle,…
  3. Buscar actividades incompatibles con el uso de la tecnología: deportivas, culturales, sociales.

Va a ser crucial que los padres se interesen por las actividades que realiza su hijo en Internet, que les cuente qué le interesa, qué gustos tiene, a qué videojuegos juega… Tener una buena comunicación con él será el principal factor de protección para prevenir la dependencia tecnológica.

 

 

 

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Comentarios

  1. Colaboración Padres y colegios (Nomofobia: miedo irracional a no tener el móvil) > Auba Psicología, Psicólogos en Pozuelo de Alarcón
    6 de diciembre de 2021 13:28

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