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Normas y adolescentes: Cómo lograr que los adolescentes cumplan las normas

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Aunque después del fin del estado de alarma, el toque de queda nocturno se ha eliminado salvo en las comunidades donde lo hayan establecido con el aval de la justicia; el resto de las normas impuestas para el control de la pandemia, como el uso de mascarilla, la distancia de seguridad y la desinfección de manos siguen siendo obligatorias y/o necesarias. Sin embargo, a una gran mayoría de padres les cuesta que sus hijos adolescentes cumplan estas directrices.

 

Por Eva R. Soler

 

A una gran mayoría de padres les cuesta que sus hijos adolescentes cumplan estas directrices. Para solucionar este problema, muchos progenitores deciden solicitar ayuda a psicólogos o consultores expertos en familia. Según datos de Coaching Club, las terapias de familia con hijos adolescentes han aumentado un 250% por los límites de la pandemia. Estrés, incomunicación, ansiedad, angustia y un gran ambiente hostil familiar son las causas que están llevando a las familias a acudir a terapia para tratar los conflictos familiares con hijos adolescentes por la pandemia: “A la necesidad de transgredir las normas, muy habitual en la adolescencia, se suma una gran incomunicación con sus hijos y con el resto de la familia generando ansiedad, angustia y sensación de pérdida de control dentro del entorno familiar”, matizan desde este gabinete de psicología.

 

En el caso de los más pequeños, en el colegio tienen muy aceptado las normas de seguridad para protegerse. El problema comienza cuando salen y llegan a casa y los padres tienen que lidiar con las restricciones en las normas y en los sitios públicos. O cuando se va de visita a casa de los abuelos. Especialmente, son los adolescentes de entre 13 y 17 años los que más conflictos generan y hacen que las relaciones entre padres e hijos se vean afectadas, explican desde Coaching Club. En este sentido, añaden que pueden darse dos tipos de escenarios. Por un lado, casos en los que niños en sitios públicos como restaurantes o terrazas, finalizada la comida, no se quieren poner la mascarilla, no guardan la distancia de seguridad o no quieren desinfectarse las manos. La otra vertiente más conflictiva es la de los hijos adolescentes que cuestionan las normas de seguridad lejos de la vigilancia de los padres, cuando se reúnen con amigos, a la salida del colegio, los fines de semana…

 

Cómo se deben tratar estos conflictos

 

Verónica Rodríguez Orellana, psicóloga y directora de Coaching Club, sostiene que, sin demonizar al adolescente y sin victimizar a los padres, se puede trabajar para potenciar una relación familiar más saludable e incrementar el lado afectivo de cada familia: “Desde nuestras consultas trabajamos profundizando en la comunicación con los miembros de la familia, lo que ayuda mucho a reducir la ansiedad y la angustia y lograr mayor comprensión y confianza familiar”. Rodríguez Orellana recomienda tres claves para enfrentarse y solucionar los conflictos en familia con hijos adolescentes por gestión de la pandemia:

 

  • Dejar los reproches de lado para poder establecer una mínima base de comunicación
  • Considerar los límites como algo que nos protege es fundamental
  • Si nos vemos desbordados, acudir a un profesional

 

En la misma línea, Alejandro Rodrigo, autor de Cómo prevenir conflictos con adolescentes, incide en que uno de los problemas de la adolescencia per se es el respeto al sistema normativo, bien sea en casa, el establecido en el centro escolar o el impuesto por la sociedad. Rodrigo ha trabajado durante más de quince años en el juzgado de menores de Madrid, realizando labores de intervención social y educativa con jóvenes sujetos a medidas judiciales. Ahora realiza consultoría y orientación familiar, tanto en centros educativos como con familias en particular: “Ayudo tanto a los padres como a los hijos a abordar las relaciones que se han vuelto complicadas. Los padres contactan conmigo porque su hijo adolescente no cumple las normas, no respeta castigos, hace lo que quiere y no pueden conectar con él. Ahí les ayudo. Mi labor es reducir el nivel de agresividad”, explica este experto.

 

Además, añade, “con la irrupción de la pandemia, todo ha cambiado, y de eso hemos sido conscientes todos los profesionales que trabajamos con adolescentes”. El principal problema es que ahora, como los adolescentes, como todos, tienen que cumplir unas normas que vienen determinadas por una situación sociosanitaria de crisis a nivel mundial y el hecho de saltarse la norma provoca una situación no ya de riesgo, sino de peligro, ciertamente complicada para su familia.

 

Antes de la pandemia, que el hijo llegara a las once y media en lugar de a las once era un riesgo, pero ahora, si rige el toque de queda, es un peligro porque está impuesto por una situación sociosanitaria. No es discutible. Si no lleva puesta la mascarilla se contagia o puede contagiar a otros, esto también es un peligro.

 

Normas, límites, consecuencias y castigos

 

Ante estas situaciones de peligro, ¿Cómo tenemos que actuar? Como explica Rodrigo en un capítulo del libro Cómo prevenir conflictos con adolescentes hay que diferenciar entre normas, límites, consecuencias y castigos. De forma resumida y adaptado a las normas de la pandemia dice:

 

  • Normas y límites

Las normas son las pautas que los padres establecen para que la convivencia y el desarrollo del hijo sean lo mejor posible. Los límites son las líneas que no se deben traspasar de esas normas: “En este caso hay que ser muy consciente de que la norma la establece un órgano superior que es el Gobierno o las autoridades sanitarias. Los chavales que llevan puesta la mascarilla, pero la llevan por debajo de la nariz, están transgrediendo un límite. Pero si hacen una fiesta en casa todos sin mascarilla, obviamente, se están saltando la norma.

 

  • Consecuencias y castigos

Las consecuencias son los efectos que se dan si se traspasan los límites o no se cumplen las normas y están programadas con anterioridad. Los castigos son las “multas” que el hijo paga por una conducta determinada no aceptada. Se diferencia de la consecuencia por dos aspectos. El primero porque no se ha avisado con anterioridad, se informa a posteriori de que ha incumplido la norma o ha traspasado un límite. El segundo, porque, a menudo, no está relacionado con la norma incumplida, tiene un carácter puramente punitivo.

“Si la consecuencia implica que, si haces esto, no vas a salir. cuando el chico sabe que hay una consecuencia, aunque luego la pelee, él la entiende. Sin embargo, el castigo es cuando no se ha avisado antes. El cerebro del adolescente no entiende los castigos, en el sentido de que lo ve como agresiones o injusticias hacia él. Es por ello que los castigos sirven a corto plazo, pero a medio largo plazo no, porque no hacen más que incrementar el nivel de rebeldía. Lo que nosotros entendemos que estaba claro, ellos, sin embargo, no”, explica Rodrigo.

Entonces, si se les avisa antes es una consecuencia, pero, ¿qué pasa si se saltan la consecuencia también? El psicólogo responde: «Me gusta diferenciar que hay cosas que en el ámbito familiar se pueden hacer, pero en situación covid no. Si estamos en una situación sanitaria de crisis y nuestros hijos se saltan las normas lo que hay que hacer, aunque suene un poco drástico es solicitar ayuda a las autoridades competentes, porque si tu hijo está a las doce de la noche de fiesta sin mascarilla, estamos en una situación de peligro. No digo criminalizarle, pero sí remarcar que hay que pedir ayuda».

 

 

Causas por las que las familias acuden a terapia

Desde Coaching Club se han analizado las cinco principales causas que llevan a los padres a acudir a terapia porque se ven impotentes para gestionar la relación con sus hijos ante la negativa por incumplir las normas impuestas por la pandemia.

 

  • No acatar la normativa. “En los padres surge el miedo a la alta probabilidad de contagios dentro de la familia producidos por el incumplimiento de las normas”, explica Verónica Rodríguez Orellana, psicóloga y directora de Coaching Club.
  • Los contagios dentro de la familia producidos por no acatar las normas. Los padres observan impotentes que sus hijos salen sin respetar las medidas de seguridad y luego, vuelven a casa.
  • Imposibilidad de relacionarse con los abuelos: “Tenemos en consulta a padres que llevan sin ver a sus propios padres un año porque tienen hijos adolescentes que salen y no saben cuándo pueden estar contagiados”, asegura Rodríguez Orellana.
  • Pago de multas de forma continua: “Son los padres los que tienen que pagar las multas de sus hijos. Muchos se quejan pidiendo que se les aplique medidas correctivas como trabajo social”
  • Saltarse el toque de queda. Aunque ha dejado de estar vigente, de forma general, al finalizar el estado de alarma; este ha sido un problema recurrente en muchas familias. Todavía puede persistir en aquellas comunidades autónomas que lo mantengan.

 

Más información:

www.coachingclub.es

www.alejandrorodrigo.com

Cómo prevenir conflictos con adolescentes, Alejandro Rodrigo. Plataforma Editorial

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