fbpx

Por qué es necesario crear una cultura digital familiar desde que los niños son pequeños

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
0

Auto-regulación emocional en el entorno digital

 

Por Diana Oliver

 

La tecnología forma parte de nuestras vidas. Esta es ya una realidad tan obvia que seguramente no haga falta recordarla. Seguramente tampoco hace falta recordar que, en general, nos preocupa la relación que tienen nuestros hijos e hijas con la tecnología. Casi el 70% de los niños y jóvenes de entre 10 y 15 años tiene un móvil propio y la mayoría al llegar a esta edad ya han tenido contacto con las pantallas. ¿Hasta cuándo debemos retrasar el uso de estos dispositivos? ¿Puede generar un mayor deseo o prácticas de riesgo en este sentido la prohibición de este tipo de aparatos? Para María Zabala, periodista especializada en alfabetización digital y fundadora del proyecto iWomanish, es interesante verlo como veríamos que hagan motocross en el campo. “Seguramente a algunas familias les parece peligroso que un niño de 11 años lo practique, y a otras familias en las que este deporte sea casi una tradición no les parecerá mal, especialmente si hay una cultura familiar sobre acceso gradual, medidas de seguridad, sobre adultos que acompañan en los inicios, sobre motos adaptadas a la edad, sobre entornos en los que practicar esa actividad… Cuando un preadolescente o un adolescente empiezan a utilizar el móvil lo más importante no es la edad, sino el tipo de niño que sea, la manera en que ese móvil esté configurado y el tipo de actividad que se vaya a hacer con el dispositivo”, señala.

 

Independientemente de la edad, Zabala considera importante que el niño o adolescente no tenga libertad total de descargas o datos ilimitados para una conexión permanente. “Hay muchas formas de “dar un móvil a un menor”. Un niño de 10 años no necesita un móvil de última generación con acceso a redes sociales o buscadores. Y un adolescente de 15 no puede estar encerrado en una burbuja por miedo a que el móvil provoque problemas, como si él no tomara sus propias decisiones”, explica.

 

Enseñar a auto-regularse en el uso de móviles y tablets

 

Cuando un niño o adolescente se estrena como individuo autónomo en el uso de móviles y/o tablets surge la preocupación del buen uso pero también del tiempo de uso: ¿debemos enseñarles previamente a que regulen por sí mismos el tiempo que pasan frente a este tipo de dispositivos? En opinión de María Zabala, la auto-regulación en el uso de la tecnología es un concepto complejo porque no existe una medida que dicte qué significa uso equilibrado, suficiente, excesivo o escaso. “Para cada persona puede tratarse de una medida de tiempo, atención o actividad distinta. Puedes estar dos horas utilizando un móvil o una tablet para tareas productivas o dedicar las mismas dos horas a perder el tiempo; puedes usar el móvil para insultar a alguien o para buscar consuelo en una situación difícil. Puedes usar el móvil y estar atravesando un momento fantástico o uno catastrófico. Así que esa auto-regulación la inculcaría primero en la vida general del niño o el adolescente”, sostiene.

 

Aunque Sonia Martínez Lomas, psicóloga y directora de los centros Crece Bien, sí ve positivo dar una orientación de tiempo a las familias para que tengan una referencia (“El contacto con las pantallas no debería superar el 30% del tiempo libre y de ocio. Si un niño tiene 3 horas de ocio por la tarde, no debería estar más de 1 hora frente a las pantallas; las otras dos debería dedicarlas a realizar actividades sin pantalla”), también cree que no debería agobiarles tanto el tiempo como la auto-regulación emocional en el entorno digital: “Si ven que sus hijos o hijas se relacionan, hacen sus tareas, utilizan internet para aprender, se conectan con amigos o amigas y no priorizan el uso del móvil a otras actividades no deben de preocuparse. Es importante mantener actividades de ocio y tiempo libre libres de dispositivos y darles apoyo emocional para manejar su enfado, su frustración o tristeza cuando no pueden utilizarlos. Ayudarles a conocer las emociones y manejarlas, reflexionar juntos, les ayudará a no aplacarlas con los dispositivos; de modo que no se dañen a sí mismos ni a los demás”.

 

Es importante mantener actividades de ocio y tiempo libre libres de dispositivos y darles apoyo emocional para manejar su enfado, su frustración o tristeza cuando no pueden utilizarlos.

 

Para María Zabala es muy importante crear una cultura digital familiar sana desde que los niños son pequeños: que se hable de la tecnología de manera natural, sin idealizarla ni demonizarla. “Es fundamental que se generen hábitos, que la autonomía digital sea progresiva, que se les escuche cuando quieren contar qué juegos o aplicaciones o redes o influencers les interesan. Luego ya estaría la auto-regulación emocional: cómo comportarse en el entorno digital. De este se habla mucho menos que del tiempo de pantalla y la realidad es que esa falta de autocontrol en conducta social digital genera también muchos problemas (y no tiene que ver con el móvil en sí mismo)”, apunta.

 

 ¿Hasta qué punto es importante el ejemplo de los adultos?

 

Para Sonia Martínez Lomas el ejemplo de los adultos es importante, pero no debe ser una excusa para el niño o adolescente. “Sería muy positivo que en casa haya espacios y tiempos sin dispositivos, espacios para la lectura, hablar en familia o realizar un plan en familia, sin que los aparatos puedan atraer nuestra atención. Si en casa los dispositivos son un medio y no un fin, será un ejemplo que le ayudará mucho a corto y a largo plazo”.

 

Si en casa los dispositivos son un medio y no un fin, será un ejemplo que le ayudará mucho a corto y a largo plazo

 

Concluye María Zabala que debemos ser conscientes de que la tecnología no es neutra y está diseñada en gran medida para captar nuestra atención y para darnos un tipo de placer que haga que la usemos cada vez más. Sin embargo, según la experta, siguen primando las decisiones que tomemos cada uno cuando la utilizamos. “Nos hablan de salud digital como si eso fuera equivalente a no usar tecnología. Nos hablan de dar buen ejemplo digital a nuestros hijos como si eso solo fuera posible si no nos ven usar el móvil. Pero el mundo digital puede darnos alternativas para educar en valores, compartir ocio en familia o disfrutar de grandes conversaciones. Tenemos que centrarnos en informarnos bien y en normalizar la tecnología e incorporarla al resto de la educación que damos a nuestros hijos, en función de nuestros valores y nuestras circunstancias”.

 

 

 

0
Comentarios