Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga
Autora del libro “Escuela de Familias, autocuidado y gestión de energía cuando vivimos con niños/as” (Ed. Círculo Rojo)
Cuando vivimos una situación de estrés es muy difícil mantener la calma, pero no hacerlo puede ser contraproducente con la educación que queremos imprimir a nuestros pequeños ya que su estado de ánimo puede depender mucho de cómo sea el nuestro. Además, los niños imitan nuestra conducta copiando este tipo de reacciones en lugar de otras más adaptativas que deberían estar aprendiendo. ¿Por qué es importante mantenerse sereno ante los problemas? ¿Qué mensaje estamos transmitiendo a nuestros hijos si no logramos controlar nuestros estados de ánimo ante los conflictos? En ocasiones podemos perder los estribos y gritar más de lo habitual en casa… si tomamos conciencia del asunto, nos daremos cuenta de que es inútil además de poco efectivo, porque los niños terminan obedeciendo por miedo más que por respeto.
- La Técnica del RINOCERONTE NARANJA
Os proponemos un reto muy interesante: La técnica del Rinoceronte Naranja. Este método surgió el Estados Unidos y su creadora Sheila McCraith, una madre con cuatro hijos, empezó a concienciarse de la importancia de la paciencia, la comprensión y especialmente la comunicación con sus pequeños, ella gritaba a sus hijos todo el tiempo. El nombre de Rinoceronte Naranja surgió porque estos animales son fuertes y solo se defienden cuando se les provoca. En cuanto al color, para Sheila el naranja evocaba determinación, ella necesitaba fuerza y determinación para eliminar el hábito de gritar.
¿En qué consiste este reto?
En resistir un tiempo sin gritar a los niños. Para ello es importante escribir nuestro deseo de determinación, hacer seguimiento al progreso y registrar cada vez que logramos el objetivo o nos aproximamos a él. Sheila logró no gritar a sus hijos en un periodo de 4 años, por lo que se considera una herramienta efectiva y con éxito.
¿Cómo llevarlo a cabo?
Ante el impulso de lanzar a los niños una serie de mensajes sin control, párate y:
- Respira en profundidad
- Retírate del escenario, vea a otra habitación, al patio, al jardín…
- Escucha música
- Estira tu cuerpo
- Cierra los ojos e imagínate en un lugar agradable
- Lávate la cara con agua fría y cuenta hasta diez
- Coloca en varios lugares de casa objetos o prendas de color naranja y quédate junto a ellas hasta que interiorices tu objetivo.
DECÁLOGO DE ESTRATEGIAS PARA MANTENER LA CALMA Y GESTIONAR NUESTRA ENERGÍA
- Actuar con la máxima coherencia y atenernos continuamente a unas normas claras y constantes.
- Utilizar el elogio cuando los niños hacen las cosas bien o al menos lo intentan y nos sentimos felices.
- Anticiparse y prevenir las situaciones difíciles y/o conflictivas, no “educar sobre la marcha”.
- Buscar la implicación del hijo en su propia educación.
- Dar instrucciones y directrices muy claras desde la calma, p. ej. “Es hora de ir a dormir”.
- Comunicar al niño qué queremos o qué esperamos exactamente que haga de manera breve. “Por favor, guarda la ropa en tu armario”.
- Ofrecer pequeños premios ganados con su esfuerzo en lugar de castigos: “Cuando hayas recogido tus juguetes, puedes tomarte un helado”.
- Durante estos días vivir buenos momentos en común, no solamente las obligaciones.
- Estar alineados con nuestra pareja en las decisiones que tomemos sobre nuestros hijos.
- Intercambiar impresiones sobre temas en los que necesitamos relax con otras familias.
DIÁLOGO PREGUNTA-RESPUESTA. Preguntas frecuentes de la familias
- ¿Cómo mantenerse sereno frente a cualquier problema?… ¿cómo hacerlo?… ¡es tan difícil! ¿Los hijos copian nuestros estados de ánimo?
Empleando el sentido común. Educar no es una “ciencia exacta”, tienen como fin una persona irrepetible y muy particular: “Nuestro hijo” Los hijos imitan nuestros patrones de conducta derivados de nuestros estados de ánimo. Dependiendo de su carácter reaccionaran de una forma o de otra, pero nuestra impronta siempre está presente en sus vivencias, especialmente en los primeros años.
- ¿Ante un conflicto, una discusión con nuestros hijos, cuáles diría que son las tres cosas que un padre/madre jamás debe hacer?
- Racionalizar la discusión en su momento más elevado, primero es importante conectar con el cerebro emocional de nuestros hijos para luego pasar a razonar.
- Aplicar la autoridad paterna/materna como si estuviéramos en un “campo de batalla” y tuviéramos que vencer, es importante actuar de manera asertiva y firme.
- Ceder ante presiones y chantajes de nuestros hijos que superen límites o fronteras relacionadas con el respeto.
- Si nuestro hijo coge una rabieta, ¿cómo debemos actuar? Si tuviese que definirlo en pasos, ¿cuáles serían?
- Anticiparse a las situaciones desencadenantes de rabietas ofreciendo alternativas.
- No utilizar el razonamiento mientras dure la rabieta en su punto más alto de intensidad.
- No contagiarnos de sus gritos ni de su “rabia”
- Seguir con nuestros planes tan pronto como se calme, sin utilizar premios ni castigos.
- No permitir que las rabietas en lugares públicos nos hagan sentir mal.
- La manera de comunicarnos con nuestros hijos es esencial para evitar conflictos, nuestras palabras tienen mucho poder en ellos, por lo que si no las usamos de forma adecuada podemos hacerles mucho daño. ¿Hasta qué punto?
La forma de pensar, sentir, comportarse, relacionarse, los intereses, las motivaciones de nuestros hijos son diferentes en las diversas etapas evolutivas de la persona. Igual que el conocimiento de nosotros mismos lo vamos adaptando a las circunstancias de la vida presente, a la hora de implantar esta sabiduría tendremos en cuenta que no lo podemos hacer igual en la adolescencia, en la niñez o en la edad adulta.
- ¿Qué piensan los niños cuando los padres amenazan, dan órdenes, dan sermones…?
Piensan “Ya estamos otra vez con lo mismo…” Los sermones y las amenazas no son compatibles con una Educación Preventiva y Eficaz para la vida.
- Los niños se quejan de que sus padres no les escuchan, ¿es cierto que no escuchamos lo suficiente a nuestros hijos?
La comunicación familiar está íntimamente relacionada con la Escucha Activa. La educación también consiste en que los niños sepan comunicar lo que les desagrada sin molestar a nadie, con asertividad. El hecho de que sean capaces de adquirir una personalidad única y un criterio propio implica que escuchemos activamente sus experiencias cotidianas. Es necesario que perciban: “Estoy escuchando, me interesa lo que piensas y dices”
- Los “abridores de puertas” son invitaciones a decir más, a compartir ideas y sentimientos, los cuales dicen a los niños que estamos realmente escuchándoles con interés, que sus ideas son importantes y que son aceptados y respetados. ¿Cuáles son y cómo introducirlos en nuestras conversaciones?
- Ayudarles a “darse cuenta” de lo que sienten, de la emoción que surge en su interior…
- Animarles a desarrollar la empatía, interesarse por lo que sienten los demás, por lo que hacen…
- Favorecer el Autocontrol de aquellas emociones que provocan un sentimiento negativo en sí mismo o en los demás.
- Ayudarles a desarrollar sus habilidades sociales para favorecer las relaciones con los otros y la resolución de conflictos por sí mismos.
- ¿Cómo debemos dirigirnos a nuestros hijos, con qué actitud (corporal, mirada, tono de voz…)?
El tono de voz será suave, el ritmo de locución no demasiado rápido, la mirada dirigida a nuestro hijo, respirar profundamente y que nuestro cuerpo no esté en tensión. Los gestos más convenientes son “gestos abiertos” (como los “brazos abiertos”) posiciones en las que “no protegemos nuestro cuerpo” ni estamos creando barreras.